Paloma Sánchez-Garnica, premio Planeta 2024, y Beatriz Serrano, finalista
Estimado lector te comparto mi obra La Cantante. Esta pintura fue elaborada en homenaje a todas aquellas personas afrodescendientes y en particular, dedicado a esa impresionante cantante y actriz mexicana: Fela Domínguez (Instagram: dominguezfela y Twitter: @DominguezFela) y a la cual he tenido el placer de ver actuar en diversos escenarios del teatro musical en nuestro país e incluso en España.
En diversos momentos de la historia de la humanidad, los seres humanos hemos tenido incontables episodios de crueldad, sin embargo, considero que dentro de esos pasajes que más se deben denostar, se encuentran aquellos que se relacionan con las cuestiones de racismo y de crueldad, vinculadas a las diferencias en los matices de color que conforman las diversas razas de la especie humana.
La pigmentocracia, término académico que defiende que las jerarquías sociales dependen del color de la piel, es un tema de estudio de total actualidad en México, sobre todo en la era de las Redes Sociales, donde el asunto en boga al respecto de la piel puede llegar a temáticas tan controversiales como el de los Whitexicans.
Los «Whitexicans» es una etiqueta que, basándose en un tono de color de la piel, busca poner en evidencia, el clasismo de la gente blanca y adinerada en nuestro país y que tiene como objetivo la discriminación, pero que, aunque no llega al racismo, por su connotación, un tanto aspiracional, si abona al aumento de las tensiones entre las clases.
Cuantas veces no hemos escuchado las mismas palabras, que aludiendo a un color de piel: «Prieto», «negro», son utilizadas en un sentido peyorativo para discriminar a las personas por su pigmentación más obscura.
El 25 de julio fue establecido como el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente. Afrodescendiente se considera a las personas con ancestros africanos que llegaron a nuestro continente esclavizados, entre el siglo 16 y 19. El traslado de estas personas tenía el objetivo de utilizarlos en los trabajos rudos en zonas mineras, ganadería, construcción, servicios domésticos, agricultura y otras actividades en condiciones francamente terribles e inhumanas.
Durante el siglo 18 se conformó un sistema racial y social denominado de Castas en nuestro país para ejercer un sistema de control al mestizaje entre indígenas, españoles y negros. Este sistema etiquetaba al individuo en una escala social y de trabajo, de acuerdo a su origen étnico.
A través de la pintura de ese entonces se trató de explicar el concepto de las Castas. Generalmente en estas obras se plasmaba a una pareja de un grupo racial distinto y a un hijo que representaba el resultado de esta unión, varios pintores ilustraron este sistema social; casi siempre, por encargo, los más renombrados fueron: Miguel Cabrera, Manuel Arellano, Juan Rodríguez Juárez, José de Páez, José Joaquín Magón, entre otros muchos más.
Actualmente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) contabilizó en 2020, por primera vez, a la población afromexicana y concluyó que existen dos millones, 576, 213 personas, lo cual representa un dos por ciento de la población total de nuestro país.
Como mexicanos mestizos, herederos de una multiculturalidad tenemos la responsabilidad en visibilizar a todos estos grupos que han sido desplazados a las sombras, o cosificados por el tono de su piel y que son parte fundamental del rostro que nos da identidad como nación.
Como padres y formadores de las nuevas generaciones tenemos la obligación de desalentar la utilización de los colores, en particular de los tonos de piel más obscuras, como elementos cargados de etiquetas raciales, económicas o de cualquier otra índole social.