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Aunque poco mencionado es el polo en México, es un deporte que ha dejado una profunda huella en la historia y cultura de México, practicado por generaciones de familias desde hace años.
Este deporte llegó al país en 1881 de la mano de los hermanos Pablo y Manuel Escandón, quienes, tras presenciar un partido en Newport, Estados Unidos, decidieron introducirlo en México, compartió en un comunicado RP, COLORES.
Los primeros campos de polo se establecieron en los terrenos de la familia Escandón-Barrón en Tacubaya y en el Hipódromo Condesa, marcando el inicio de una tradición hasta el día de hoy.
Catorce años después, en 1895, México logró su primera gran victoria internacional al ganar el Abierto de París, consolidándose como una potencia emergente en el mundo del polo. Este éxito se vio reforzado en los Juegos Olímpicos de París 1900, donde el equipo mexicano obtuvo una medalla de bronce, un hito que sigue siendo motivo de orgullo nacional. Durante la década de 1930, el general Joaquín Amaro Domínguez impulsó aún más este deporte, importando caballos argentinos y fomentando su práctica entre las fuerzas armadas, lo que contribuyó a su expansión y profesionalización.
Una de las competencias más importantes en el país es La Copa Agua Alta, que celebra este año su 25º aniversario , un hito que remonta sus orígenes al año 2000, cuando el visionario italiano Alberto Ardissone tuvo la idea de festejar su cumpleaños con un partido de polo en el mágico Club de Polo de Careyes, fundado por su amigo Giorgio Brignone. Lo que comenzó como una celebración íntima y personal, rápidamente evolucionó hasta convertirse en un evento de renombre internacional, atrayendo a lo más selecto del mundo del polo.
Coco Sandhu, sobrina de Alberto Ardissone
Jugadores de países como Argentina, Colombia, Estados Unidos, Italia, Inglaterra y España se han dado cita en este torneo, junto con destacados representantes mexicanos de ciudades como Ciudad de México, Querétaro, Guadalajara y Monterrey. A lo largo de estos 25 años, la Copa Agua Alta no solo ha consolidado su prestigio en el ámbito deportivo, sino que también se ha convertido en un símbolo de elegancia, fusionando la pasión por el polo con el encanto único de Careyes.
En un entorno donde la tradición se entrelaza con el lujo, Range Rover se une como patrocinador oficial de la Copa Agua Alta. Con su herencia británica de liderazgo y global, la marca no solo acompaña a quienes viven con propósito, sino que también enaltece escenarios donde el lujo y la destreza se encuentran. Detrás de este legado deportivo se encuentra la Federación Mexicana de Polo (FMP), fundada en 1922, institución clave en la reglamentación, promoción y crecimiento del polo tanto en su vertiente profesional como amateur.
Actores como Range Rover y la FMP no solo elevan el perfil de este deporte, sino que también contribuyen a preservar su herencia y proyectarlo hacia nuevas generaciones, fusionando la elegancia con la pasión competitiva.