Ignacio Ovalle: ningún cargo público, pero sí protección
CIUDAD DE MÉXICO, 16 de octubre de 2019.- Muchos restan importancia al Partido Revolucionario Institucional (PRI).
No le ven tamaños ante un gobierno unipersonal y sin oposición nacional.
Pero vaya un dato: de su reposicionamiento depende la posibilidad de estructurar, por sí y con los demás, un contrapeso.
Por eso damos esta información.
Viene una prueba de fuego tanto par el partido como al dirigente Alejandro Moreno Alito, tan nuevo como invisible.
Es el Estado de México, el de mayor padrón, el de mejor estructura en una organización hoy sin esqueleto ni vértebras.
Este mes vence el interinato de Alejandra del Moral al frente del Comité Directivo Estatal (CDE) en Toluca y deberá convocarse a elecciones.
¿Por qué?
Porque Alito prometió democracia total y eso incluye no designar más por los métodos del dedazo tradicional, llámense asambleas o consejo político.
En cumplimiento de la palabra, debe darse -¡ojo!- la primera elección abierta a la militancia de un presidente estatal.
TRAICIÓN DE RICARDO AGUILAR
El panorama parece tendido.
Como Alejandra del Moral fue llamada para completar el período de Ernesto Nemer, no hay inconveniente para su reelección.
Pero hay muchos aspirantes y acaso el principal contendiente sea Ricardo Aguilar, ex aspirante a candidato a gobernador, cercano a Enrique Peña, ex subsecretario de Agricultura y secretario de Organización del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI.
Recién lo nominó Alejandro Moreno y todo mundo lo vio como el espacio concedido al gobernador mexiquense Alfredo del Mazo.
Pero, aquí está la sorpresa, hoy Aguilar acusa a Del Mazo de mandarlo a Insurgentes Norte para desplazarlo a fin de no tenerlo como contendiente en el Estado de México.
Lo dice en voz alta y baja a quien lo escucha.
Lo hace porque, cree, desde esa posición estaría en posibilidad de lograr su ansiada candidatura por el PRI para llegar a Palacio de Gobierno frente a la Plaza de los Mártires.
El tema va más allá de las ambiciones.
Si Alito habla de democracia, debe abrir el proceso a cuanto quiera inscribirse y dar oportunidades iguales a todos ellos.
Pero también vería vacía una posición clave para reestructurar al PRI y la militancia lo interpretaría como poca lealtad porque Ricardo Aguilar privilegiaría las ambiciones personales.
Y, en el peor de los escenarios, podríamos estar ante otra escisión.
MÁS PODER A RICARDO PERALTA
1.- Pueden decir misa –o podemos decir, aclaro- quienes censuren el diálogo con los normalistas broncos.
Pero en el poder, en Palacio Nacional, ven con el mejor de los ánimos el trabajo del subsecretario de gobernación, Ricardo Peralta Saucedo.
En esa sede de poderes se le considera negociador de altos vuelos y cada vez asumirá nuevas funciones para la gobernabilidad del país.
A su cargo seguirán los principales asuntos políticos del país, mientras la titular Olga Sánchez Cordero se entenderá más con gobernadores y munícipes.
Y 2.- qué desgracia la nuestra.
A cada día, a cada hora, la realidad desdice los que en Palacio Nacional se dice.
Y si alguien lo duda, compare el discurso de lunes y martes con lo sucedido en Aguililla, Michoacán, e Iguala, Guerrero, donde los muertos oficiales dan fe de la incapacidad del Estado para proteger hasta a los suyos.
De los civiles ni hablamos.