El pleito eterno: política vs brevedad
OAXACA, Oax. 18 de septiembre de 2018.- En un hecho histórico para Oaxaca, este martes los Indígenas oaxaqueños comparecen ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en demanda de justicia.
Oaxaca que a la sazón es el estado de la República Mexicana más pluriétnico, con una población predominantemente indígena, es tal vez el más pobre y en donde existe mayor rezago social, económico, político, en general de desarrollo, extrañamente, conserva en forma acendrada sus tradiciones, su cultura indígena, su cultura mestiza, y esto se debe, porque ese patrimonio intangible, es el único patrimonio que le dejaron conservar.
Una de sus tradiciones más ricas, es la elaboración del Mezcal, el que se sigue procesando en forma tradicional, en algunos lugares, hasta en forma prehispánica; de dicha industria, viven y sobreviven en forma directa e indirecta, alrededor de un millón de oaxaqueños.
El azote de la globalización mercantilista, ahora la amenaza, se pretende prostituir y pervertir la denominación de origen que se decretó para protegerlo; ruines intereses económicos pretenden apoderarse de la industria de elaboración del mezcal para convertirlo en una moneda de cambio, desvirtuando su esencia y su naturaleza, ignorando ancestralidad.
Qué falta hace Pro Origen.
Ante tal situación, y por primera vez en su historia, se organizaron 91 honorables ayuntamientos y 286 comunidades de extracción indígena y productoras de mezcal, las que han elaborado desde toda la vida y que en esa industria tienen sentadas sus raíces, todos ellos de la mano del presidente de Comercam, Hipócrates Nolasco, quien trabajó arduamente en la organización, operación y elaboración de los instrumentos legales.
El mezcal es cultura.
La organización histórica, se da a partir de la necesidad de salvar su patrimonio, su forma de subsistir, pero también tiene motivación en esa muy clara e innata concepción indígena de la justicia.
Les quieren arrebatar lo que históricamente es de ellos, lo que dijeran los abogados, es un hecho notorio.
Hoy van sus representantes a la ciudad de México a presentar una controversia constitucional para que se les reconozca, primero, como indígenas integrantes de la Nación y elemento substancial del estado Mexicano, y segundo, se les haga justicia.
El postulado que dio origen a la reforma del Artículo 2 Constitucional, ahora ellos, por su propio derecho lo están haciendo realidad.
Veremos cómo se pronuncian los señores Ministros ante esta petición natural de que se respete su derecho.
De que se les haga justicia, de que sus Ilustrísimas, vuelvan sus ojos hacia abajo y vean que existen, de verdad, los indígenas y también son sujetos de protección de la Justicia de la Unión, que son parte esencial y original del pueblo y del Estado, que son Nación. Pueblo eterno.
Ante este hecho histórico, de una trascendencia que aún no podemos advertir en su totalidad, los indígenas de Oaxaca, cuentan con el apoyo, también histórico, de su gobernador, de su primer mandatario, Alejandro Murat, el que fuera del discurso oficial, por escrito, se adhiere a la petición de justicia de su pueblo, al que efectivamente está representando y protegiendo.
Insisto, por escrito y firmado de su puño y letra, no es postura política, es una realidad legal, es una petición al lado de su pueblo y ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Loable e histórico.
En ese mismo tenor, la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, también en una postura que es de reconocerse, se adhiere a la Controversia Constitucional y la hace suya.
Los representantes del pueblo, la Soberanía del Estado, camina con los indígenas y los acompaña ante el Máximo Tribunal de Justicia de México y pide en su nombre Justicia. Se adhieren los Diputados Federales por Oaxaca, se adhieren los Senadores de la República por este Estado, y los señores Diputados Locales Electos a la 64 Legislatura y Diputados en funciones. ¡Qué tal, eh
Son hechos históricos los que estamos presenciando y viviendo.
Algo que sin duda sentará un precedente.
Ahora los indígenas se organizan para pedir justicia y van al lado de su gobernador y de sus congresos a la Suprema Corte para ser oídos, escuchados, para que se les conozca y reconozca, con la esperanza de que se les haga justicia.
En 1810 y en 1910, los indígenas se pronunciaron contundentemente.
En coyunturas siguen esperando justicia.
Está en manos de sus Señorías.