Economía en sentido contrario: Banamex
Apunte diario sobre letras hipnóticas
Ahora que pasó la euforia del Grito, procede una reflexión sobre los llamados «símbolos patrios» entre ellos «El Acta de independencia» la que al más puro estilo mexicano, se la robaron de su lugar y anduvo rodando por medio mundo hasta regresar al pueblo de México, en un increíble valladar digno de películas. Solo la temprana edad de 131 años estuvo en diversos países, cómo cosa rara y curiosa, digna de malévolos coleccionistas ávidos de lucro, así anduvo rodando parte de uno de los más importantes simbolismos mexicanos
Y es que solo a México le pudo pasar algo así.
Durante más de un siglo, México vivió sin el testimonio escrito de su independencia.
El 28 de septiembre de 1821, se firmó el Acta de Independencia en Palacio Nacional, marcando el fin de tres siglos de opresión bajo el dominio español.
Sin embargo, esta declaración histórica sufrió un destino incierto.
Cómo decimos los mexicanos: «¡Se la pelaron!»
El Acta estableció inicialmente un imperio mexicano, así tal cual, un imperio.
Al más rudo estilo azteca, incluía Emperador, en la discutida persona de Agustín de Iturbide quién se convirtió en emperador, excluyendo a los insurgentes, como Vicente Guerrero.
Agustín no se pudo agarrar bien de su trono y su imperio, cómo lo hizo al año y medio, presagiosamente un incendio devoró su habitación, pero el robusto bebé salvó la integridad agarrándose fuertemente del arco que soportaba el tul que aunque se chamuscó, salvó al niño Agustín de por lo menos, lesiones graves
Agustín fue un soldado realista, cruel, déspota, arrogante, carnicero y asesino, llegando a matar por deporte y placer, nada bueno deparaba a ese «imperio» y así le fue, con la misma forma discriminatoria de tratar y matar a los indios,va los que consideraba menos que basura, así fue fusilado.
Pedante y Altanero, el soberbio emperador careció de los mínimos atributos administrativos y bondadosos que caracterizaron a muchos buenos Virreyes, en efecto mis 5 lectores, no todos los Virreyes fueron unos sátrapas, hubo en 300 años santos barones que proveyeron paz, justicia y bonanza a la Nueva España. Agustín no fue de esos. Y ante su incapacidad política, su bisoño y pueril imperio se le diluyó entre las imperiales manos, buenas para el homicidio y muy malas para la política y las concesiones.
En ese marco nació «El Imperio Mexicano»
No nació «República» cómo lo ha tratado de inventar la iconoclastía oficial, la que algunas veces ha sido más imperial que la del propio y desafortunado emperador Agustín I. Nació tal cual, imperio y su nacimiento se plasmó en 2 originales, que padecieron el futuro que ha distinguido a México, uno se quemó y otro se lo pelaron (robaron).
Triste destino el de México, le roban hasta su acta de nacimiento
Este imperio resultó efímero, durando menos de un año.
En 1824, se redactó el Acta Constitutiva de la nueva nación, estableciendo la forma de gobierno mencionada. Pero, ¿qué pasó con el Acta de Independencia original?
En 1872, un incendio en el recinto parlamentario de Palacio Nacional destruyó una de las dos copias del Acta.
La otra, según algunos informes, previamente al hurto, a qué se la pelaran pues, fue llevada a Europa, entregada a Maximiliano de Habsburgo y desapareció tras su ejecución.
Esa acta es de muy mala suerte para aquel que la posea y se diga o auto imponga el mote de Emperador
Se ve que los 2 que la han cargado y se han auto llamado «Emperador» han terminado según- fusilados.
Fue Joaquín García Icazbalceta, coleccionista, quien encontró esta reliquia histórica en una librería de Madrid a fines del siglo XIX.
La adquirió y la llevó de vuelta a México.
No como un símbolo patrio, sino como una rareza de anticuario
García Icazbalceta mantuvo el Acta en su colección hasta su muerte.
En 1947, sus hijos la vendieron a Florencio Gavito, quien, al morir, en su testamento, pidió que se entregara al gobierno de la República. En 1961, durante la presidencia de Adolfo López Mateos, el Acta de Independencia regresó a México después de 131 años perdida.
Para confirmar su autenticidad, se realizaron minuciosos estudios, incluyendo análisis de tinta, grafológicos y paleográficos.
Ahora descansa en recintos patrios, en el papel ya no hay emperadores ni imperios mexicanos
México había vivido más de un siglo sin su Acta de Independencia, pero esta odisea histórica finalmente llegó a su fin.
El documento fue recuperado, asegurando que la nación tuviera la evidencia de su independencia que tanto merecía.
Por supuesto, aquí esbozos con la historia:
La solemne entrega del Acta de Independencia a México marcó un momento trascendental en la historia del país. Fue durante la presidencia de Adolfo López Mateos que este invaluable documento, que había estado ausente durante más de un siglo, regresó a manos mexicanas.
La ceremonia de repatriación del Acta de Independencia se llevó a cabo el 21 de noviembre de 1961, en una ocasión de gran importancia nacional. El presidente Adolfo López Mateos encabezó el evento en el Palacio Nacional, donde se realizó la entrega oficial del Acta de Independencia a la nación mexicana.
Un poco anecdótica la ceremonia, porque al fin se la habían robado
Este emotivo acto simbolizó la restauración de un vínculo histórico con el pasado de México y su lucha por la independencia. La devolución del Acta de Independencia a México no solo fue un acto de justicia histórica, sino también un momento de orgullo nacional, reafirmando la identidad y la soberanía del país.
La preservación de este documento histórico se aseguró a través de cuidadosos procedimientos y medidas de seguridad, incluyendo su resguardo en una bóveda especial en el Archivo General de la Nación, donde se protege para las generaciones presentes y futuras.
Esperemos que no se la vuelvan a robar
La historia del Acta de Independencia de México es un recordatorio de la importancia de preservar y valorar la herencia histórica de una nación. El regreso de este documento emblemático a México representa un hito fundamental en la memoria y la identidad del país, recordando a todos los mexicanos su lucha y determinación por la libertad y la independencia.
La historia sobre cómo el emperador Maximiliano de Habsburgo obtuvo el Acta de Independencia de México es un tema de debate histórico y hay varias teorías al respecto. No existe un consenso claro sobre los detalles de cómo llegó a manos de Maximiliano, pero aquí te presentaré algunas de las teorías más mencionadas:
Una teoría sugiere que Juan Nepomuceno Almonte, hijo de José María Morelos y un partidario del imperio de Maximiliano, entregó el Acta de Independencia a Maximiliano como un gesto de apoyo. Sin embargo, esta versión es objeto de controversia y no se ha confirmado de manera definitiva.
(La más atinada)
Según el historiador Lucas Alamán en 1830, el Acta ya no estaba en el archivo de Palacio Nacional porque había sido robada «por un empleado infiel». Esta afirmación no proporciona detalles específicos sobre cómo fue robada o si terminó en manos de Maximiliano.
Es importante destacar que estas teorías se basan en relatos históricos y no hay evidencia concluyente que respalde ninguna de ellas de manera definitiva. La historia precisa sobre cómo el Acta de Independencia llegó a las manos de Maximiliano de Habsburgo sigue siendo un misterio en la historia de México.
Determinar con certeza cuál es la copia «original» del Acta de Independencia de México puede ser un desafío, ya que existen varias copias que se firmaron en diferentes momentos y lugares. Sin embargo, para establecer la autenticidad de una copia en particular, los historiadores y expertos en conservación utilizan una serie de métodos y análisis. Algunos de los métodos comunes incluyen:
Es importante destacar que, aunque estos métodos pueden ayudar a determinar la autenticidad de una copia en particular, la historia de la documentación y la cadena de custodia son factores fundamentales para establecer su legitimidad. La autenticación de documentos históricos a menudo es un proceso complejo que involucra múltiples disciplinas y análisis.
Algunos de quiénes firmaron el Acta de Independencia de México el 28 de septiembre de 1821. Algunos de los firmantes más destacados incluyen:
Estos son solo algunos de los firmantes, y hubo varios más que respaldaron la independencia de México en ese momento. Cada uno de ellos desempeñó un papel importante en el logro de la independencia de México de la monarquía española.
Pues así con el acta constitutiva de este país y A sus firmantes un profundo respeto de :
Señ@r lector, si va con buena intención, reenvié estás letras a sus grupos, contactos y amigos, este interesante ejercicio suma ya, muchos reenvíos diarios, y a la gente, en un país no lector, le satisface bastante. Muchas gracias.
Arturo