Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
CIUDAD DE MÉXICO, 19 de septiembre de 2017.- La encuesta publicada ayer por El Universal nos arroja que lejos de estar definida la elección presidencial como algunos suponen o quieren hacer suponer, el panorama es incierto y nada está escrito. No hay invencibles ni derrotados.
Eso trae aparejado un riesgo para los que no quieren que López Obrador gane en julio próximo: muchos se van a animar porque lo ven débil y pueden surgir los proyectos personales que rompan la coalición PAN-PRD-MC que se gesta.
Si nadie se agandalla, gana el Frente. Pero de aquí a fin de año pueden ocurrir muchas cosas, y una de ellas es la fractura del bloque que ha arrancado con expectativas interesantes.
Un hecho contundente mostrado por la encuesta es que en el mejor escenario para él, López Obrador no pasa el 31 por ciento de la intención de voto.
Ya lo conoce -señala la encuesta- el 93.2 por ciento de la población, y sólo tiene el 31 por ciento (en el escenario más optimista para Morena). Es decir, parece tener un techo. Le conocen sus negativos y eso lo frena.
No se ven posibilidades de que AMLO crezca mucho, pues ya lleva casi tres millones de spots en radio y televisión en los dos años recientes, y ni así.
Tiene más de 14 años en campaña y, hoy por hoy, no pasa del 31. No quiere decir que su derrota está determinada, pero no tiene la victoria en la bolsa y se le puede ganar.
Otro punto importante es que Margarita Zavala, por el PAN, tiene 26.6 por ciento de las preferencias y López Obrador el 28.6 si contendieran ahora.
Sin un solo spot, Margarita está en un empate técnico con el sempiterno candidato. Una buena campaña y gana, sin necesidad de alianzas.
Y si fuera la candidata del Frente, sería imbatible. Lo verdaderamente difícil para ella no es vencer a López Obrador, sino lograr la candidatura de la coalición.
Ricardo Anaya no anda bien en aceptación popular. En el escenario de que é fuera el candidato de Acción Nacional, solo alcanza el 19.9 por ciento de las preferencias, contra el 31 de AMLO. Y eso que en spots en radio y televisión ha tenido una presencia copiosa.
Se ve a las claras que la candidata natural del PAN y del Frente es Margarita Zavala, lo que sin embargo podría no ocurrir dada la guerra interna en el interior de su partido y las ambiciones personales que desata la debilidad de AMLO y la perspectiva de triunfo de la coalición PAN-PRD-MC.
¿Qué puede pasar de aquí a fin de año? Que le quiten de mala manera la candidatura a Margarita, y si ella va como independiente adiós al triunfo del Frente.
Si quieren que Zavala no sea candidata presidencial por el PAN ni por la vía independiente y se discipline, van a tener que negociar con ella. Y lo menos que va a pedir es derecho de veto. Adiós Anaya.
Miguel Mancera se encuentra en todas las alternativas de boleta electoral con un apoyo de entre el 11 y el 14.3 por ciento… como independiente. Tiene más intención de voto que el PRI.
Menospreciar su fuerza sería un error. Sin partido, 14.3 por ciento es mucha votación. Y puede ser una carta fuerte para impedir el triunfo de alguno(s) o en un reacomodo de campaña dar el campanazo.
Si a mancera le juegan rudo, pierde el Frente.
Al PRI no le pinta bien el panorama. Su precandidato mejor posicionado, Miguel Ángel Osorio, oscila entre el 12.4 y el 14 por ciento de la votación.
Claro, falta ver el efecto de una campaña, el contraste de propuestas y personalidades, y no olvidar que el PRI acaba de arrancar 10 puntos abajo en el Estado de México, con la criminalidad desbocada, con el peor índice de aprobación presidencial… y ganó con un primo del presidente.