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Periodismo bajo asedio
OAXACA, Oax., 4 de marzo de 2018.-La explotación al máximo de los recursos a utilizar. La eficacia de los medios es proporcional a la amplitud de la victoria. Los medios cabe mencionar que en cualquier campaña electoral cuentan tres elementos fundamentales: la estrategia, los recursos y la organización.
En la utilización de los diversos medios para ganar las elecciones no es aconsejable ser cautos, tibios, moralinos, pichicatos, mezquinos, pero tampoco despilfarradores, es necesario lograr la eficacia en la utilización de los medios.
En estos momentos, en la realidad electoral mexicana, los sentimientos predominan, las y los ciudadanos no escuchan razones por más buenas que sean, el coraje, la indignación, en general, predominan en el electorado.
La apelación a los sentimientos del electorado y de los forjadores de opinión en la campaña para el presidencia es una ruta que no se puede ni se debe soslayar. Estamos en una época que los sentimientos definen el triunfo electoral.
Las propuestas de gobierno por más razonables que sean no superan la indignación del electorado sobre la inmoralidad de los políticos, la ineficacia de los gobiernos, el desprestigio de los partidos políticos, el fraude electoral.
Los indignados mexicanos asistirán a las urnas con la clara idea del cambio profundo de la realidad en que viven, el candidato que no lo entienda de esta manera está condenado al fracaso.
La lucha no es de hombres o mujeres, la lucha es de proyectos de cambio, el electorado estará atento a las mejores ofertas de ese cambio, la credibilidad sobre el personaje que lo ofrece será vital.
El Proyecto de Nación del señor López Obrador deberá ser contrapuesto de los Proyectos de Nación del señor Anaya, del señor Meade, de doña Margarita, del Bronco y del señor Ríos Piter.
El electorado deberá optar por el mejor proyecto que mejore sus vidas y el que se acomode mejor a los tiempos para nuestro país.
El sentimiento general del electorado es que la única salida de su vida miserable, angustiosa, sin futuro, es la palabra, a cargo de un candidato capaz, preparado, honesto, único para proyectar un mundo mejor para todos, un mundo incluyente donde quepa cada uno de nosotros, un mundo sin exclusión y con una vida digna para cada uno, este es el papel del candidato y de su perfil en el contexto del proyecto de Nación.
En la conquista del poder no se vale lastimar al enemigo porque surge un verdadero competidor, un oponente herido, sobajado, denigrado es muy peligroso, es necesario derrotarlo, acabarlo, eliminarlo, tal es el caso del señor Anaya. Cuidado sólo herido será demasiado peligroso.
A los candidatos oponentes no se les puede eliminar mediante disputas o discusiones, en el caso particular de los oponentes de MORENA, la manera de derrotarlos es en la objetividad y en la grandeza de las propuestas. La calidad moral, histórica, dimensión, oportunidad, viabilidad, necesidad, legitimidad, de las propuestas deberá aplastar a los oponentes.
Para eliminar al oponente se necesita de la inteligencia política, así como la constante medición de fuerzas y del uso de las estratagemas más eficaces para ganar.
Los temores y el miedo hace poco constante a cualquier candidato, la constancia es virtud del buen competidor, los hombres que tienen el corazón quebrado no son para la competencia ruda. Tener fe en la victoria es la energía indispensable para llegar a plenitud el primero de julio.
En la competencia política es de importancia vital explicar la realidad políticamente, los hechos políticos se explican políticamente, explica el lenguaje del poder.
Entenderla como una relación de fuerzas en constante competencia de dominio ayuda para establecer los mecanismos, dispositivos, tácticas y estrategias para cada momento de la campaña.
No se está en una campaña electoral, entendida esta como la forma de obtener la mayoría de los votos, en realidad esta es una consecuencia de entender la campaña como una guerra de aniquilamiento del oponente, una guerra en donde las posiciones en la relación de lucha valen.
Cada posicionamiento es un paso para la victoria. Pensar en el final de la escalera sin pensar en el siguiente escalón es una mala estrategia. Las elecciones se ganan o se pierden día a día. En razón de lo anterior es necesario allegarse de personas con intensa práctica política.
La cuestión electoral es una suma o resta de poder, entenderla de otra manera es un equívoco que se puede pagar muy caro.
Los hechos electorales, en su desnudez, son violentos y crueles en su concepción, acción, instrumentación, incluso en su asimilación. La acción electoral es conjura, simulación, disimulo, engaño, coloreo, desconfianza, manipulación, concebirla de otra manera es la perdición.
Se dice con razón que ninguna elección es igual a otra, cada una debe entenderse en su lógica, en su tiempo. Para ganar es necesario hacer un ejercicio de comprensión de la realidad electoral actual.
Toda competencia electoral es una conjura, una conspiración, una capacidad para evitar el daño a nuestro candidato y partido, desde luego, capacidad para hacerle daño al candidato y partido oponente.