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CIUDAD DE MÉXICO, 22 de septiembre 2024.- Aunque la educación cívica y los protocolos en torno a la protección civil deben considerar la prevención, en caso de presentarse una emergencia como un sismo o terremoto, la atención psicológica para las y los afectados es vital en las primeras 72 horas (o tres días), ya que así pueden evitarse trastornos y se ayuda a la gente a tomar mejores decisiones, señaló la Dra. Graciela Polanco, académica del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana y coordinadora de la nueva Especialidad en Intervención Psicosocial en Emergencias.
La profesora universitaria conversó con PRENSA IBERO en el marco del séptimo aniversario del sismo del 19 de septiembre de 2017, y a 39 años del terremoto del 19 de septiembre de 1985, informó la Ibero en un comunicado.
“Se ha comprobado que brindarle atención psicológica a una persona afectada por una emergencia, como podría ser un sismo –lo mismo que un huracán–, va a permitir que el individuo tenga más herramientas para poder ser más asertiva en la toma de decisiones en situaciones relacionadas con la crisis, como búsqueda de familiares, búsqueda de documentos, cuidado de menores de edad, etcétera”, declaró Polanco.
De igual forma, recibir atención psicológica en un corto periodo de tiempo cercano a la emergencia podría evitar el desarrollo de trastornos psicológicos y la creación de traumas, compartió la coordinadora de la Especialidad en Intervención Psicosocial en Emergencias.
Entre las afectaciones mentales que pueden derivar de una emergencia mal tratada, explicó la entrevistada, se cuentan principalmente trastorno de estrés postraumático, ansiedad, trastornos de la alimentación, trastornos del sueño y depresión.
“Y estos trastornos van a afectar en el día a día de las personas; cuando padeces uno de estos problemas, tu vida tiene un desequilibrio fuerte”, dijo la académica de nuestro Departamento de Psicología.
Para la especialista, un adecuado plan de intervención psicosocial se planea tomando en cuenta una fase de prevención: “toda esta parte de la cultura sísmica y los simulacros”.
La fase de prevención de la Intervención Psicosocial, agregó la Dra. Graciela Polanco, ayuda a disminuir el estrés y la ansiedad que se genera durante la emergencia: “estas situaciones son inesperadas, claro, pero al prevenir podemos tener un mayor control de nuestro actuar e incluso contar con mayor información, vital para evitar una pérdida y salvar tu propia vida”.
Por tal motivo, la Dra. invitó a la comunidad IBERO y al público en general, a participar en los próximos simulacros, y a tomar estos ejercicios con seriedad y responsabilidad.
La nueva Especialidad en Intervención Psicosocial en Emergencias está diseñada para formar a especialistas capaces de implementar intervenciones psicosociales de primer contacto en emergencias a nivel individual, grupal y comunitario, previniendo y atendiendo los impactos negativos en el bienestar emocional y social provocados por emergencias sanitarias, humanitarias, antrópicas o causadas por fenómenos naturales, desde una perspectiva humanista, ética, de género, e incorporando la sustentabilidad y la interculturalidad.