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CIUDAD DE MÉXICO, 12 de abril de 2024.- El Instituto Nacional Electoral (INE) desempeña funciones esenciales para la democracia: organiza elecciones federales y locales, regula el financiamiento de partidos políticos, supervisa a los Órganos Públicos Electorales Locales (OPL) -que tienen autonomía y condiciones particulares- y ordena el servicio profesional electoral, entre otras. En el contexto electoral de 2024, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) analiza las fortalezas, debilidades y riesgos del INE con el objetivo de impulsar su fortalecimiento institucional. En particular, el INE tiene tres desafíos describió el IMCO:
1. Desafío presupuestal
El INE transfiere 31% de su presupuesto a los partidos políticos y tiene a su cargo la fiscalización de estos recursos. En cumplimiento de las disposiciones constitucionales, para el proceso electoral de 2024, el INE transfirió 10 mil 179 millones de pesos a los partidos políticos, el monto más alto en la historia. Por otro lado, los recursos destinados a la gestión administrativa del Instituto y a la organización electoral han ido a la baja, tanto en relación con el padrón como en términos absolutos. La organización electoral, por ejemplo, recibió 2 mil 873 millones de pesos en 2024, 1021% menos -en términos reales- que en 2018.
La nota completa en el IMCO