Exhiben multipremiada cinta La Soledad de María Conchita Díaz en FIC
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de octubre de 2017.- Hace 50 años, el 7 de octubre de 1967, fue capturado Ernesto Che Guevara, en un lugar cerca del poblado La Higuera, en Bolivia, cuando encabezaba un grupo guerrillero que trataba de iniciar una “revolución continental” en Latinoamérica desde ese país.
Guevara fue asesinado dos días después, el 9 de octubre, en ese poblado, por el sargento Mario Terán, quien cumplía órdenes del alto mando militar boliviano.
Ideólogo, político y comandante de la revolución cubana, a 50 años de su muerte, sigue siendo un personaje polémico con muchos seguidores y detractores.
Varios hitos de su vida se conocen y otros se mantienen en incógnita a pesar de que mucho se ha escrito sobre él.
El 9 de octubre de 1967 murió en Bolivia, en la localidad de Vallegrande en Santa Cruz. “Si él no hubiese muerto, América Latina sería hoy libre, soberana, independiente y socialista (…). Porque si hubiera permanecido vivo, habría triunfado”, aseguró el hermano del Che, Juan Martín Guevara, en una reciente entrevista con la AFP.
Nacido el 14 de junio de 1928 en Rosario, Argentina, hijo de Ernesto Guevara y Celia de la Serna, el «Che» siguió un camino distinto al que muchos podrían imaginar debido a la privilegiada posición económica de su familia.
Después de su muerte, sus ideas aún permanecen vivas en muchos movimientos que reclaman un cambio en las estructuras de poder. Otros por el contrario, lo califican como un personaje que impulsó la «imposición de fuerzas extranjeras».
“Ese vagar sin rumbo por nuestra mayúscula América me ha cambiado más de lo que creí”, escribió el famoso guerrillero en una de sus crónicas.
El aniversario de cinco décadas de la desaparición física del “Che” será ocasión para actos en lugares tan distantes de América Latina como Argentina, Bolivia y, por supuesto, Cuba, donde se le considera un héroe nacional y donde su recuerdo se cultiva con esmero.
En México, para muchos de quienes forman parte de la generaciones del 68, que se convirtieron en actores políticos para la construcción de una sociedad justa, libertaria y democrática, el «Che» representa el ejemplo a seguir, es prototipo del hombre nuevo, aquel que lucha por los intereses generales por encima de los mezquinos intereses personales o de grupo.
Para recordarlo se realizó una ceremonia en el Jardín de la Tabacalera. Precisamente en esa colonia de la Ciudad de México, en el edificio número 49 de la calle José Emparán, el Che Guevara vivió antes de gestar la Revolución Cubana, junto a Fidel Castro.
¡Hasta la victoria siempre!
¡Lo sé! ¡Lo sé!
Si me voy de aquí me traga el río.
Es mi destino: “hoy voy a morir”.
Pero no, la fuerza de voluntad todo lo puede.
Están los obstáculos, lo admito.
No quiero salir.
Si tengo que morir, será en esta cueva.
Las balas, qué me pueden hacer las balas si mi destino es morir ahogado
Pero voy a superar mi destino.
El destino se puede alcanzar con la fuerza de voluntad.
Morir sí, pero acribillado por las balas, destrozado por las bayonetas, si, no, no, ahogado no…
Un recuerdo más perdurable que mi nombre es luchar, morir luchando.
*Poesía escrita a los 19 años por Ernesto “Che” Guevara
Le recomendamos: El álbum familiar desconocido del Che Guevara