Respuesta a la violencia e inseguridad
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de diciembre de 2020.- La llave de los principios de un guerrero y primer fundamento de una buena vida responsable es no tener miedo de lo que uno es, estar en buena concordancia consigo mismo es un buen inicio para enfrentar la vida con éxito.
Cuando estamos asustados de nosotros mismos y de la aparente amenaza que representa el mundo, entonces nos volvemos extremadamente egoístas. Nos cuidamos del mundo, buscamos refugios seguros.
Sin embargo, podemos ser mucho más valientes. Podemos intentar pensar más allá de nuestra casa, más allá del fuego que arde en el hogar, más allá de nuestros hijos y del trabajo. Asumir nuestra calidad cívica, aceptar que vivimos en sociedad y tenemos un compromiso con nuestros semejantes.
La premisa de la visión de compromiso es que, para poder establecer una sociedad abierta para los demás, debemos descubrir qué poseemos en nuestro interior para ofrecer al mundo. Todos los seres humanos somos valiosos.
Todo ser humano posee una naturaleza fundamental de bondad que permanece pura e inalterada. Esta bondad posee una afectuosidad y lucidez tremenda. No nos damos cuenta de ello, pero en situaciones dramáticas surge el esplendor del bien que tenemos.
La experiencia de bondad fundamental de nuestras vidas hace que nos sintamos personas inteligentes y amables, y que el mundo no es una amenaza. Cuando sentimos que nuestras vidas son auténticas y buenas, ya no tenemos por qué engañarnos a nosotros mismos y a los demás.
Las percepciones erróneas son la base del enfado, la violencia y el odio, y no podemos eliminar las percepciones erróneas con una pistola. Debemos evitar las percepciones erróneas que tenemos de la gente e iniciar relaciones de confianza. Sabemos que es difícil pero por lo menos debemos de intentarlo.
Cuando escuchamos profundamente a otra persona, no sólo reconocemos sus percepciones erróneas sino que también podemos identificar nuestras propias percepciones erróneas sobre nosotros mismos y sobre la otra persona.
Sólo con la práctica de la escucha profunda y la comunicación amable podemos ayudar a eliminar las percepciones erróneas que son la base de la violencia.
Pensamos que debemos darnos cuenta de que todo está conectado con todo lo demás.
Nuestra seguridad y bienestar ya no son cuestiones individuales. Si los demás no están a salvo no hay manera para que nosotros estemos a salvo.
Ocuparse de la seguridad de los demás personas significa, al mismo tiempo, ocuparse de la propia seguridad. Ocuparse de su bienestar significa ocuparse del propio bienestar. Así de simple son las cosas, es hora de iniciar.