Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
Contrafilo
Convertido en escándalo nacional, el proceso de elección de dirigentes del Notariado Mexicano llegará a su fin el sábado 12, en Monterrey, Nuevo León.
Nadie garantiza piso parejo en la contienda que se avecina. Partidarios de Nicolas Maluf acusan dados cargados en favor de la tlaxcalteca avecindada en Oaxaca, Guadalupe Diaz.
Además de vicios y complicidades (amiguismo, despojo, fraudes, lavado de dinero…) de que habla la revista Proceso esta semana, los notarios Noe Salvador Ramos y Arturo David Vázquez Urdiales denuncian amenazas de muerte.
Si persiste la violencia física y verbal, ningún contendiente será dirigente.
Circula en ese gremio un pacto de no agresión que, por lo visto, de nada ha servido.
El documento, denominado “compromiso de civilidad, respeto y responsabilidad” consta de once puntos en los cuales se cita la voluntad de aceptar el resultado de la votación.
Se sabe que oficialistas y opositores llegarán al evento con casco, por lo que pudiera suceder este fin de semana.
En esa lucha, Nicolas Maluf exige transparencia y apego a la legalidad al tiempo que llama a construir “un colegio democrático, incluyente y de vanguardia”.
Guadalupe Diaz trata de convencer a sus pares de la legalidad de su nombramiento, aun cuando no tenía la edad mínima que exige la ley; no ejerció de manera suficiente la abogacía y mucho menos cubrió el requisito de residencia.
Gane o pierda, la candidata Diaz deberá comparecer el martes 15 de noviembre a las 9.30 horas en el penal de Tlacolula.
Si gana Maluf el reto será convencer y derrotar a la estructura de gobierno.
Maluf basa su propuesta en cinco ejes: Defensa del Notariado, representación política y legislativa, democratización del Colegio Nacional, vanguardia académica y, coordinación interestatal.
Ninguno de los Murat ha parado los señalamientos contra la candidata, hija, por cierto, de Juan Diaz Pimentel, presunto líder del Cartel del Despojo.
El notariado mexicano se ha manchado porque las Fiat o licencias notariales se han entregado, en buena medida, a los amigos o a políticos incondicionales del partido gobernante.
Como dijera aquel: nadie es indispensable en la vida de nadie. Quien se va, hasta luego; quien llega, bienvenido.
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