Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 14 de febrero de 2019.- El viejo lenguaje del régimen priísta acostumbró a los ciudadanos a dejar en el limbo algunas caracterizaciones sobre seguridad. Por ejemplo, la seguridad nacional, el espionaje, las tareas de inteligencia. Ahora que esas labores deben formar parte del lado visible del Estado, vendrán algunas objeciones civiles.
En todo caso, el debate debe centrarse en el hecho de que la crisis de seguridad está llevando a una fase superior del Estado: se pasa del Estado social del viejo régimen priísta mayoritario y legitimado por su papel representativo de la historia nacional a un Estado plural con nuevas formaciones no priístas y un PRI minoritario.
En el pasado, la sociedad era el Estado y por tanto no necesitaba de sofisticaciones de seguridad; la Federal de Seguridad e Investigaciones Políticas y Sociales eran la policía política del Estado ante organizaciones activistas contrarias al Estado. El aplastamiento de la guerrilla al comenzar el decenio de los ochenta reorientó la actividad de los organismos policiacos a la seguridad, pero no para mantenerla sino para aliarse con los delincuentes: en 1985 EU reveló que la Federal de Seguridad protegía a los primeros cárteles de la marihuana.
La lopezobradorista Estrategia Nacional de Seguridad Pública 2019-2024 adelanta una nueva configuración del Estado: ante el papel desestabilizador y anti sistémico del crimen organizado, se trata de un Estado de seguridad nacional. En sus propuestas en el Objetivo 8 hay cuando menos cinco metas que tienen que ver con la seguridad nacional como parte de la seguridad pública:
1.- Presentación pronto del Programa para la Seguridad Nacional 2019-2024; el actual Programa 2014-2018 del gobierno de Peña Nieto termino su vigencia el 30 de noviembre del 2018.
2.- Establecimiento del Sistema Nacional de Inteligencia para la seguridad nacional.
3.- Fortalecer y mantener la Seguridad Interior, lo que implicaría la inminencia de una nueva Ley de Seguridad Interior reglamentaria de la Fracción VI del 89 Constitucional que hoy le concede al presidente de la república la facultad para inmovilizar tropas sin consultar al congreso para asuntos de seguridad interior. La Ley de Seguridad Interior de Peña fue cancelada por la Suprema Corte.
4.- Promover el concepto de “cultura de seguridad nacional” entre la sociedad, lo que implicaría sacar la seguridad nacional del espacio de seguridad del Estado para meterlo como parte de la vida cotidiana de la sociedad. En términos sencillos, la seguridad nacional es el Estado.
5.- Mejorar las capacidades tecnológicas de investigación científica en los ámbitos de la seguridad pública, seguridad interior, generación de inteligencia estratégica y procuración de justicia.
El salto en materia de seguridad será largo, profundo y generalizado dentro del Estado y tendrá repercusiones sobre la sociedad. Hasta hace poco, el priísmo definió al Estado como la sociedad organizada para su bienestar; hoy el Estado aparece como la institución reguladora del equilibrio social y garante de la legalidad, frente a la ofensiva del crimen organizado/desorganizado para aplastar al Estado y tomar el control de la república.
En el 2004 el gobierno de Fox lanzó una peculiar iniciativa: convocar a organismos y ciudadanos de la sociedad civil a proponer una Ley de Seguridad Nacional, la cual fue promulgada en enero de 2005 sin objeciones por la participación de representantes de la sociedad civil. La Ley de Seguridad Interior de Peña fue realizada por funcionarios. Y hoy la ENSP de López Obrador reduce aún más su equipo de responsables del área.
El tema central no debe encasillarse en la negativa a debatir sobre la seguridad política y social del Estado repudiando regulaciones de las diferentes fases de la seguridad, sino que, por el contrario, se debe enriquecer con aportaciones de la sociedad civil. La cohesión ideológica, moral y política del viejo Estado priísta garantizaba la abrumadora mayoría de un consenso histórico. Hoy el proyecto nacional de la Revolución Mexicana y del PRI está liquidado y la liberación de la economía condujo a la desaparición de la cohesión del Estado en el modelo de Estado de bienestar. El Estado hoy es un Estado mercantilista.
El Estado moderno se aparece como un Estado de Seguridad Nacional que defiende a la sociedad de los grupos adversos al Estado y a la propia sociedad y con objetivos de anulación de los compromisos del Estado con la soberanía, el bienestar y el tejido social. La seguridad nacional no sólo es militar o policiaca, sino social en tanto que enfrenta, por ejemplo, grupos empresariales depredadores y concentradores de la riqueza, sin preocuparse por las desigualdades sociales que generan inestabilidad social, empujar a los mexicanos a la delincuencia y llevan a la sociedad a aliarse con los delincuentes que les dan bienestar que no les proporciona el Estado.
Hasta ahora no se percibe que el equipo de seguridad del gobierno de López Obrador esté pensando en estos términos, pero la sociedad civil debe asumir sus nuevas tareas en materia de seguridad nacional.
Barandilla
· Más violencia se espera de la lucha entre el cártel de huachicoleros de José Antonio El Marro Yépez Ortiz contra el Cártel Jalisco Nueva Generación de Nemesio El Mencho Oseguera Cervantes. El control de la zona huachicolera atraviesa la república de Veracruz a Jalisco.
· Análisis más a fondo, desde la sociología y la antropología, per también los nuevos enfoques de la criminología, deben estudiar las razones por las cuales grupos sociales masivos apoyan más a los delincuentes que a las autoridades y al Estado.
· No dejen de consultar el boletín especializado Zona Zero, del Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad, todos los lunes en http://indicadorpolitico.mx; su enfoque estratégico ayuda a entender un poco más el problema de la seguridad más allá de lo policiaco.
(*) Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad.
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@carlosramirezh