Llora, el país amado…
La dirigencia nacional del PRI se excedió en su reacción hacia los ex gobernadores de Sonora, Claudia Pavlovich, y de Campeche, Miguel Aysa, invitados por el Presidente López Obrador para ser representantes diplomáticos, en el consulado en Barcelona y embajador en República Dominicana, respectivamente. Señala que “los exgobernadores fueron autoridades emanadas del PRI, por lo que su militancia está sujeta a los estatutos del partido. De aceptar la propuesta del gobierno de Morena estarían incumpliéndolos, provocando sanciones internas, incluida la expulsión”.
Es un caso de hipocresía de Alejandro Moreno. Miguel Aysa fue su sucesor interino en el gobierno de Campeche, y es impensable que tomara una decisión sin haberlo consultado. Tampoco tiene dedicatoria a Claudia Pavlovich, ni siquiera a Quirino Ordaz, invitado para representar a México en España, beneplácito que no ha ocurrido. El mensaje es para los gobernadores tricolores en funciones.
Lo inaudito es que el dirigente del PRI, junto con su coordinador en la Cámara de Diputados, Rubén Moreira, han sido los reventadores del bloque opositor a partir de la iniciativa presidencial de reforma eléctrica. Asimismo, el acuerdo de no acompañar al bloque opositor en Oaxaca y Quintana Roo obedece a la intención de facilitar el triunfo de Morena en la elección de gobernador.
En realidad, se trata de la disputa por entregar el PRI a López Obrador. Con la excepción de Hidalgo, por razones estrictamente personales, no les interesan las gubernaturas, se trata del voto de los legisladores para aprobar las tres reformas constitucionales anunciadas por el Presidente después de la elección de junio, cuando el mismo mandatario anunció que contaría con los votos de los legisladores del PRI. Todo lo acontecido desde ese entonces, prueba que Moreno y Moreira están en línea para apoyar lo que venga del Presidente una vez que transcurra el proceso electoral y ganen Hidalgo. La cuestión es que Morena quiere la votación de la iniciativa presidencial antes de las elecciones y eso complica el chantaje.
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