Historia y literatura dan vida a La dulce tinta de Al-Jawater
OAXACA, Oax., 15 de julio de 2016.- El maestro Francisco Toledo (1940) y Sabino Guisu (1986) son dos artistas que han palpado el arte textil desde muy jóvenes, son de generaciones distintas, pero ambos provienen del Istmo de Tehuantepec, son juchitecos y el arte los unió hace varios años, cada uno trabaja sus temas, pero ahora un material como el fieltro los reúne en la exposición ‘Afelpados’, que presentaron en la Bodega Quetzalli.
En la obra textil de Toledo está presente su zoología, su preocupación por la contaminación del maíz nativo con semillas transgénicas; en las piezas de Guisu hay animales que de pronto parecieran estar disecados, pero también hay una explosión de fibras que atrapan al espectador se informa en un comunicado.
En ambos se ve una exploración con el fieltro, aunque Toledo había elaborado tapices de lana en telares tradicionales, fue en 2012 cuando comenzó a trabajar con la técnica de afelpado, esto a partir de que le encargaron un tapiz para la biblioteca personal de Carlos Monsiváis en ‘La Ciudadela, la ciudad de los libros’ de ahí creó el Taller de Afelpado del Centro de las Artes de San Agustín (CaSa).
Sabino Guisu comenzó a crear con fieltro hace un año cuando recibió una invitación para producir piezas en el Taller de Afelpado del CaSa, donde crearon la producción para la presente muestra, sitio en el que además de los artistas juchitecos, han trabajado creadores como Trine Ellitsgaard, Demián Flores, Irma Palacios y Laureana Toledo, entre otros.
‘Afelpados’ es la oportunidad para ver el trabajo del maestro y alumno, que pocas veces se reúnen bajo el mismo techo y entablan una conversación simbólica.
Guillermo Santos escribió en el texto que acompaña la muestra, que “para nadie es un secreto que el trabajo de Sabino ha sido influido por Toledo, y no sólo por las conversaciones o los consejos que le ha prodigado, sino porque precisamente el IAGO, como centro de estudio y colaboración, comienza a expresar su potencia como espacio generador de artistas e intelectuales”.
Y es que el joven artista siempre ha reconocido que su formación artística se dio con el acervo de la biblioteca del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), fundada en 1988 por Francisco Toledo.
Sobre Sabino Guisu, el ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes en 1998, dijo que es un artista que entendió muy rápido las posibilidades que tiene el fieltro.
En entrevista, Francisco Toledo dijo “me complace estar en una exposición con nuevas generaciones de artistas juchitecos, la calidad que tiene el trabajo de Sabino se me hace impresionante, porque en menos de un año logró esta obra”.
En esta muestra también se palpa el trabajo de otro artista formado en el IAGO, Jesús Martínez, quien es coordinador del Taller de Afelpado del CaSa, por ello el grabador juchiteco dijo sentirse contento de ver los resultados de lo que ha hecho el IAGO en los muchachos que trabajaron ahí.
Sobre su participación en ‘Afelpados’, Sabino Guisu comentó que todo artista tiene la necesidad de expresarse o manifestar sus emociones en las diferentes disciplinas que ofrece el arte.
“Hay muchos materiales y medios para desarrollar tu creatividad y capacidades artísticas, empecé a descubrir el arte textil porque Oaxaca es un estado con una gran diversidad de cultura, crecí viendo todos esos bordados de cadenilla en los trajes de las mujeres istmeñas, ahora exploré el afelpado, a la par de mi obra en dibujo y pintura”.
Para Sabino Guisu, la capacidad creativa de Toledo es impresionante, “es una persona que le das algo y en las manos tiene la capacidad de crear, no importa que tipo de material sea, es lo que más admiro del maestro y trato de continuar ese ejemplo, de cada día ser mejor con los materiales que me den para trabajar”.
Consideró un gran logro el exponer su trabajo junto con el de Francisco Toledo, “porque además de ser considerado uno de los artistas más grandes que ha dado este país, el maestro es una máquina con un poder creativo infinito y un ser humano noble con su gente, en el Istmo fundó la Casa de la Cultura de Juchitán, donó sus libros, su colección de gráfica, yo crecí viendo las exposiciones de Alberto Durero y Rufino Tamayo, todo gracias a Toledo”.
‘Afelpados’ puede ser visitada en la Bodega Quetzalli que se encuentra en la calle de Murguía número 400 en el Centro Histórico de Oaxaca, la muestra cierra a finales de agosto y actualmente buscan que itinere por otros espacios en México.