Reconfigura Manuel de los Ángeles el aura en la pintura occidental
OAXACA, Oax. 5 de noviembre de 2024.- Este viernes 8 de noviembre, la galería Cuatrosiete inaugurará la exposición de cerámica de cuatro artistas.
Ave Pacheco, Yari Montes, Gustavo Tanus y Luis Zárate presentarán una selección de su obra.
En el principio, cuatro elementos dieron forma al mundo que conocemos: tierra, agua, fuego y aire. El cuatro es el símbolo de la creación. Cuatro elementos, con su escencia única, unidos para crear y sostener la vida en un equilibrio eterno.
En esta exposición, los cuatro artistas gravitan en un mismo universo y rinden tributo a esos cuatro elementos.
La madre tierra, sólida y fuerte, con raíces que sostienen árboles tan antiguos como la memoria que revela con gran fuerza el drama contenido en las mujeres de Yari Montes.
El agua, la esencia que fluye, cambia y corre libre en ríos, se calma en lagos y se desborda en mares profundos. Gustavo Tanus evoca esa fuente de vida, un reflejo de la adaptación y la renovación constante.
En su profundidad, la obra de Tanus al igual que el agua guarda misterios que pocos han descubierto, fluyendo en cada rincón de la tierra, en cada célula de nuestro cuerpo, en cada red de líneas de humo y destellos que devela el choque térmico del fuego en su escultura.
El fuego, es la chispa de la creación y la destrucción. Es pasión, energía pura, la luz en la oscuridad que consume y renueva. El fuego es un recordatorio de que el cambio es inevitable y necesario, de que hay belleza en la transformación y que cada llama es una promesa de renovación. Es el fuego que se halla en cada pieza de Luis Zárate, con un sutil erotismo que arde y deslumbra.
Aire, el susurro invisible, el aliento que conecta. Es movimiento y libertad, llevando semillas a nuevos destinos y mensajes de un rincón del mundo a otro. El aire es la libertad y la expansión, el espíritu del universo que envuelve a todo ser en la textura de la obra de Ave Pacheco, recordándonos que cada respiración es un regalo compartido,
Cada elemento, único en su poder y propósito, danza en equilibrio perfecto.
La tierra necesita del agua para ser fértil, el agua necesita del aire para moverse, el fuego se aviva o se calma bajo el viento, y el aire recoge las cenizas para transformarlas en un nuevo comienzo.
Así, los cuatro elementos nos enseñan que la armonía se encuentra en la interdependencia, en la unión de fuerzas distintas pero complementarias, como la obra de cada uno de estos artistas que ahora observa y siente: son tierra, agua, fuego y aire.