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OAXACA, Oax. 4 de julio de 2025.- La artista visual oaxaqueña Soledad Velasco abrió su exposición pictórica A Eva, compuesta por cuarenta obras, en el Museo de la Ciudad de Mérida, Yucatán.
La pintora presentó previamente este conjunto de pinturas y dibujos en el Museo de los Pintores Oaxaqueños, en 2023, informaron los organizadores en un comunicado.
Las obras en diversos formatos, desde piezas monumentales hasta composiciones íntimas de veinte por veinte centímetros, “están construidas desde temas difíciles pero necesarios: el abuso, la violencia hacia las mujeres, la tristeza, la fragilidad y la resistencia”, comenta la artista.
Soledad Velasco nació en Oaxaca en 1964. Muy joven, se estableció en la Ciudad de México, donde hizo estudios de arte en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda, además de asistir a los cursos de Historia en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Después, la artista pasó a residir en Madrid, España, donde desarrolló su carrera pictórica de 1997 a 2019, y allí obtuvo en el año 2016 los premios de la Fundación Barcelona Olímpica y “Francisco Carretero” en el certamen Ciudad de Tomelloso.
La artista comentó que su exposición llega a la capital yucateca gracias a la invitación del Museo de la Ciudad y a la gestión del galerista Noel Cayetano, quien, al ver la muestra exhibida en el Museo de los Pintores Oaxaqueños, ofreció apoyar a la pintora para que sus obras llegasen a otras capitales mexicanas. Esta es la primera etapa de esa itinerancia, añadió la también dibujante, al agradecer asimismo la gestión que hizo para su muestra Ernesto Novelo, artista yucateco.
Soledad Velasco detalló que su muestra A Eva reúne obras elaboradas de 2019 a 2023. Si bien es fácil identificar temas principales en este conjunto —retratos, ensoñaciones eróticas, imágenes inquietantes que emergen del subconsciente como de la profundidad abisal, e inclusive alusiones a la vida en el campo—, en realidad, estas imágenes recrean una etapa de mi vida en que me vi inmersa en desafíos inesperados y cruciales, rememoró la artista.
Agregó que la recurrencia de los motivos marinos surge de un curioso proceso de renovación creativa que en tres años pasó por la elaboración de marinas, el regreso al retrato y el imaginativo “buceo” en torno a las figuras de pulpos y peces, además del acercamiento a la técnica de la litografía.
Esa exploración de íconos diversos también implicó una mudanza fundamental, pues las restricciones a causa de la pandemia en 2020 convirtieron lo que debió ser una breve visita a Oaxaca en un duradero cambio de residencia, relató la creadora visual.
En uno de los textos que contienen el catálogo “A Eva”, el crítico español Julio Sánchez Gil, de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, señala que la artista “presenta en la actualidad una obra comprometida con los principios humanísticos fundamentales de honestidad y verdad que la alejan del mercantilismo que hoy en día rige el mundo globalizado. Velasco es una mujer que devotamente acude a la pintura para interpretar submundos inimaginables, posiblemente recreados a partir de ensoñaciones personales”.
“A Soledad Velasco no le sobra nada en sus cuadros y por ello, acudiendo a una depurada técnica adquirida con una larga experiencia de trabajo y de formación, se puede permitir el lujo de presentar algunas obras llenas de animales, plantas, flores, peces, pulpos, zapatos, piernas, puños… que lejos de saturar nuestra atención invitan a la emotividad y al deleite. Esto lo consigue con esbozos simplificados y capturando elegantemente las formas, movimientos o posturas de lo representado”, añade el crítico español.
En otro texto del catálogo, el crítico de arte mexicano Erik Castillo, al explicar el título de la exposición, comenta “contra lo que pudiera pensarse desde un punto de vista obvio, la artista hace un uso conceptual del significado de esta figura bíblica y no una referencia de orden religioso, sacro o confesional. En primer término, es una dedicatoria personal que hace la artista con su trabajo hacia su hija (que se llama Eva), gesto que activa un sutil juego de espejos que acaba por reflejar a madre e hija, pues el nombre de Eva también se interpreta —esotéricamente— como ‘la matriz dadora de vida’. En segundo término, Eva también propone una figuración arquetípica que hace tributo, de acuerdo con las propias palabras de Soledad Velasco, “a todas las mujeres, a las artistas”.
Por su parte, en otro texto del mismo catálogo, el crítico de arte Jorge Pech Casanova se refiere: “al gran conjunto plástico titulado A Eva, una serie de óleos y técnicas mixtas que revelan en México a Soledad Velasco como una artista cuya larga estadía en España le permite crear una obra con profunda raíz americana. Al desarrollar su tronco y follaje en Europa, retorna a su país de origen con una iconografía de sutil contundencia y admirable factura dibujística”.
El escritor añade que la noción de Velasco en cuanto a cómo una persona se desenvuelve dentro de una comunidad, “fue sometida a duras pruebas por las diferencias culturales, económicas y ecológicas existentes entre España y México”.
El autor del texto señala que “el funcionamiento de las instituciones y las relaciones humanas en este último país —redescubiertas conforme se reintegraba a los usos mexicanos— le enseñó una lección de supervivencia: las mujeres pueden resistir las adversidades de manera similar a como árboles y vegetación mayor subsisten en zonas de vendavales o de periódicas inundaciones; en esas circunstancias, la flora no se quiebra ni se ahoga, pese a la violencia de los elementos”.
La exposición A Eva de Soledad Velasco estará en exhibición en el Museo de la Ciudad de Mérida hasta el 13 de septiembre de este año.