![](https://oaxaca.quadratin.com.mx/www/wp-content/uploads/2024/08/buenrostro-107x70.jpg)
Fondo, fondo, fondo…
OAXACA, Oax., 8 de julio de 2018.- De verdad nos cuesta trabajo la interpretación de los hechos en donde uno está involucrado con su carga de valores, sus emociones, sus deseos, por un interés inmediato.
Se dice acertadamente que los hechos se nos manifiestan en su apariencia, para llegar a la esencia de los hechos es necesario partir de lo concreto, elevarse a lo abstracto para regresar a los hechos pero ya pensado. Intentemos el ejercicio dialéctico.
El mundo de la apariencia nos dice que el campo político, la correlación de fuerzas entre los actores políticos favorecieron la victoria electoral de Andrés Manuel López Obrador y de su partido.
Un Partido Revolucionario Institucional que tuvo como carga muy pesada la opinión pública efectiva de una gestión de gobierno muy lejos de los intereses populares. Hiciere lo que hiciere este partido y su candidato presidencial estaban destinados al fracaso.
Intentó un deslinde al postular un candidato no militante, incluso renegando de los colores priistas, pero fue inútil, el 16% de los votos alcanzados, es el fiel reflejo de la reprobación ciudadana de una gestión, que además era de regreso al poder político.
El gobierno priista de Enrique Peña Nieto pensó más en el proyecto de la clase gobernante: la apertura del mercado y de las reformas estructurales para hacer del país más competitivo en el mercado mundial, pero acompañado de una alta concentración de la riqueza social a pesar de una política de desarrollo social agresiva durante el sexenio, que en un proyecto que permitiera una distribución de la riqueza social mucho más justa.
Pensó más en su proyecto de apertura comercial al mundo que en su partido. Desde luego, trajo por consecuencia que su partido cargara con las consecuencias.
El camino trazado por el Presidente es y será defendido vehementemente por los hombres poderosos de México ante el nuevo gobierno, que desde luego, aceptará el diálogo y el acuerdo por el bien de la gobernabilidad pero a cambio de alcanzar un estado de justicia para los más pobres del país y aceptar su política anticorrupción partiendo de cero.
Por el lado de los partidos de Acción Nacional y de la Revolución Democrática sentenciaron su muerte desde el momento que decidieron ir en coalición bajo el método de un acuerdo cupular y de reparto de posiciones.
Sus bases y los demás dirigentes reprobaron tal acuerdo castigando a esta coalición en las urnas otorgándole a su candidato presidencial la votación más baja de su historia reciente, apenas alcanzó su candidato el 22% de la votación.
Los cargos de representación se tomaron como producto de ambiciones personales tal como lo fue el caso de Ricardo Anaya, de aquí el rechazo en las urnas de sus bases y de la ciudadanía en general.
Además el candidato Andrés Manuel López Obrador partía de una posición de ventaja desde la precampaña que se acentúa en la campaña misma, producto de la constante presencia de AMLO en el espacio público y de la muestra de competitividad de Morena en las elecciones federales del 2015 y de la elección para gobernador en el Estado de México.
En la relación de fuerzas en el campo político favorable al candidato Andrés Manuel López Obrador y su partido, la debilidad de las coaliciones y de sus candidatos, aunado a la intervención del gobierno para detener a Ricardo Anaya, además de que AMLO no cometió errores visibles que permitieran un cambio en la relación de fuerzas, se reflejó en una contundente victoria en las urnas por más del 53% de la votación del candidato presidencial y con la mayoría absoluta de la coalición “Juntos Haremos Historia”, formada por Morena, PT y PES, en las cámaras del Congreso de la Unión.
Con la relación de fuerzas favorable en el campo político, se requería de una buena estrategia en la campaña electoral.
No cabe la menor duda que la campaña electoral de AMLO fue muy exitosa, la mejor prueba fue su resultado: ganar la Presidencia con un margen mayor de treinta puntos, la mayoría absoluta de la Cámara de Diputados y de los Senadores, mayoría en los congresos en 19 estados de la República, mayoría también en los ayuntamientos en disputa, la joya de la corona en el poder territorial, ganar cinco de nueve gubernaturas en disputa, con la posibilidad de ganar Puebla en el proceso de revisión jurisdiccional.
No se puede dejar de lado un factor, que para muchos, fue fundamental: las virtudes del candidato, las virtudes de Andrés Manuel López Obrador: sencillamente un buen candidato en este proceso.