Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
Mucho se puede decir de las elecciones en el Estado de México y Coahuila, no así que sean una farsa. Inexplicable que Movimiento Ciudadano (MC) se haya abstenido de participar en dichos comicios. No se entiende, mucho menos en el Estado de México. Allí tiene un buen prospecto de candidato, además de que lo que allí ocurra será muy importante para las elecciones de 2024. Si fuera cierto que hay un acuerdo entre el PRI y Morena de intercambiar triunfos, razón de MC, sería la mejor oportunidad para una tercera opción.
Las elecciones locales previas a los comicios presidenciales son de la mayor importancia porque sirven para preparar a la organización para la competencia en la que va de por medio no sólo su propio proyecto, sino el país, más en los términos en los que se desenvuelve la política nacional a partir de la polarización. Si MC afirma ser una opción diferenciada, ¿cómo hacer valer su proyecto? hacer llegar su propuesta a través de la abstención no tiene sentido alguno. También PRI y PAN ha hecho el ridículo de la abstención cuando sus diputados votaron la designación de los tres representantes del Comité Técnico Evaluador de los aspirantes a consejeros del INE. La parcialidad de los seleccionados obligaba al voto en contra, como sí lo hiciera el partido naranja en ese entonces.
La historia exitosa de MC puede explicar el desacierto. Esto es, sus triunfos no resultan de la construcción partidista, sino de la captura de aspirantes con potencial de ganar la contienda electoral. Así sucedió en Jalisco con Enrique Alfaro y también en Nuevo León con Samuel García. De esta forma no hay interés de hacer de las elecciones locales un ejercicio para conformar un proyecto partidista; eso cuesta y compromete. Mejor la libertad de decidir por un candidato exitoso y por qué no, un tránsfuga de otro partido.
La cuestión es que las coaliciones complican el cálculo, más para los partidos pequeños. Ir en alianza, incluso bajo el supuesto de éxito en la elección, no necesariamente repercute en todos los socios que la suscriben. Recuérdese que el PES perdió registro a pesar de que su candidato presidencial ganó con 53% de los votos, igualmente sucedió con el PT, que lo salvó por una elección extraordinaria en un arreglo de intereses difíciles de transparentar. Lo mejor para un partido pequeño sería competir sin coalición con un candidato presidencial competitivo. Sin embargo, es difícil que un aspirante de tales características quiera serlo simplemente para que un partido gane diputados, votos y prerrogativas. Al gobernador de Nuevo León le puede resultar atractivo por la sencilla razón de que regresaría al encargo después de la campaña presidencial.
El dirigente del PRI ha actuado como es su costumbre, con el insulto y el lodo. Cobarde y traidor han sido los calificativos. Es claro que Alejandro Moreno ha descartado la posibilidad de que MC sea parte de una gran coalición opositora, caso que sería pensable si él dejara la dirección nacional del PRI. La realidad es que no se advierte virtud alguna en abstenerse, además de que los partidos tienen la obligación legal, política y ética de competir, más si lo que se dice es que ellos representan una tercera opción frente a la polarización.
El activismo ciudadano debiera estar en el centro de la atención de MC. No ha sido así. Sus dirigentes se han excluido de participar en las dos expresiones públicas del 13N y del 26F, aunque han dejado en libertad a sus miembros de hacerlo. Lo cierto es que no hay condiciones de ventaja para el partido naranja. Con la excepción de Nuevo León y Campeche, los resultados en los últimos años han sido francamente decepcionantes.
No deja de ser una paradoja que las mejores posibilidades electorales de MC se den en donde se ha creado una suerte de tejido partidista, Jalisco y Nuevo León. Precisamente por esa razón es inexplicable que no haya postulado a Juan Zepeda para el Estado de México. Tener presencia en las tres zonas metropolitanas del país sería un logro de proporciones mayores.
Por lo pronto lo que sí queda como farsa es la explicación que ofrece el partido naranja como razón de no participar en los comicios de junio.