La Constitución de 1854 y la crisis de México
El cerebro humano se rige por ecuaciones de reducción simple para elaborar respuesta, pensamiento, acción. A partir de un registro previo, la imagen, establece conexiones de relación y trasciende el tiempo, convierte el hecho pasado en instante presente. Lo rige la premura, no el acierto; la capacidad de respuesta, no el sentido de lo verdadero. Se podrá decir que el cerebro al momento de plantear sucesivas ecuaciones neuronales, de hacer su función, miente porque la imagen del hecho pasado al momento de hacerla recurso de la memoria y reactivarla como imagen guía del presente en la mayoría de las ocasiones es inexacta. Se necesita el cerebro de la Señora de las Plantas, aquel que jerarquiza de forma permanente (establecer jerarquías, valoraciones, llevaría al cerebro a dar respuestas con tardanzas). La imagen elegida queda desigual, pero establece referencia que nos conduce a establecer un juicio. El cerebro cuando relaciona inventa, se podría decir que propone una forma de la mentira porque le resulta más práctico atender al tiempo antes que a lo verdadero. En este primer día de labores del año, por la tarde salgo del Oxxo. En la mano llevo productos con un alto contenido de azúcares, pero en mi cerebro está ya el registro de que llevo alimentos; la tarde, también, me invita a caminar, mientras lo hago mi cerebro establece relaciones de semejanza, una forja de la ficción narrativa.