Cortinas de humo
OAXACA, Oax., 26 de junio de 2017.- La fe pública que les fue conferida a los notarios no debe ser utilizada para certificar hechos falsos, que en la mayoría de las ocasiones son constitutivos de delito.
La ley de Notariado para el estado de Oaxaca debe establecer con mayor precisión mecanismos para ponderar el acceso a la justicia, tales como la presentación de quejas por comparecencia para que las personas con escasa orientación, preparación y conocimientos jurídicos, y que puedan verse afectadas por las conductas fuera del marco legal de algunos notarios tengan la oportunidad de denunciar estos hechos ante la Dirección General de Notarías.
La sociedad en general debe tener claro que la ley se va aplicar sin distingos cuando en la comisión de delitos estén involucrados notarios. La impunidad es un grave mal que aqueja a este estado, la mayoría de los notarios que cometen delitos no son sancionados, por lo tanto siguen efectuando reiterativamente este tipo de conductas ya que se sienten inmunes, porque a pesar de sus actuaciones irregulares que laceran gravemente a la sociedad y vulneran el estado de derecho, casi nunca se les retira el FIAT. Las autoridades competentes en algunos casos, afortunadamente no en todos, actúan como si fueran subordinados de estos infractores de la ley.
No existe un registro donde tengamos certeza de los notarios que hayan sido sancionados y que sea de acceso al público su consulta, algunos de ellos presumen ser protegidos por servidores públicos de alto rango del gobierno, a pesar de violar la ley del notariado una y otra vez y actuar fuera del marco legal y constitucional, por lo mismo saben que jamás serán sancionados, ya que se sienten cobijados por las altas esferas del poder y porque se creen operadores de la clase política, que poco les preocupa el desprestigio que les puede ocasionar este tipo de alianzas siniestras.
Es urgente que exista un catálogo o registro que sea del conocimiento público donde se asienten las irregularidades en la actuación de los fedatarios públicos que cometen ilícitos, y que ese registro sirva para dar certeza jurídica a la sociedad de que el fedatario público que cometa un delito, efectivamente, será sancionado y que no engrosará una vez más las filas de la impunidad.
Afortunadamente en la entidad existen notarios confiables con mucha ética, una excelente trayectoria, cuidadosos de su prestigio y que no actúan fuera del marco de la ley, que cumplen cabal y dignamente su función de ser fedatarios públicos que actúan en beneficio de la sociedad oaxaqueña y que sirven con gran convicción al estado.
Hay prácticas que deben ser erradicadas en su totalidad, a las cuales, algunos notarios, afortunadamente no la mayoría accede, como son: escriturar la propiedad federal como si los bienes de la nación fueran aguas y predios privados, elaborar poderes falsos, falsificar firmas, hacer testamentos apócrifos y resucitar muertos. Se trata de notarios que durante toda su trayectoria profesional se han manejado con esos estándares de corrupción, que carecen de códigos de ética y que gracias a la impunidad que gozan y a los arreglos que hacen con ciertas fuerzas políticas en el estado, nunca serán sancionados, lo que redunda en perjuicio de la comunidad oaxaqueña.
Los colegios de notarios y las autoridades notariales tienen una gran tarea para combatir estas prácticas ilegales de una vez por todas con el objeto de que desaparezcan.