Palacio y Congreso frenarán candidatos de la Corte
OAXACA, Oax. 4 de septiembre de 2016.- Todo parece indicar que la segunda etapa del paro de la sección 22 del SNTE iniciado el 15 de agosto podría levantarse parcialmente a partir de la próxima semana para abrir así un receso en la cobertura e intensidad de las movilizaciones del magisterio oaxaqueño.
Aún cuando no existe consenso sobre este receso, factores coyunturales de orden interno y externo al movimiento magisterial estarían orientando a un acuerdo de ésta naturaleza.
Tales factores tienen relación directa, por un lado, con la exigencia ciudadana para que el magisterio regrese a las aulas y a la realización de su Precongreso electivo de la nueva dirigencia seccional y, por el otro lado, a la postura inflexible del gobierno federal para darle curso a su demanda de abrogar de la reforma educativa.
Mantener el paro de actividades docentes en un ambiente de crecientes protestas de padres de familia representan riesgos para los maestros de base y la dirigencia sindical no solamente porque, en algunos casos, los desacuerdos y reclamos ya han dado lugar a choques y agresiones físicas, sino porque se van multiplicando el número de directores y maestros de base que se han manifestado para que la asamblea estatal reconsidere el acuerdo del paro total y, en cambio, se adopten las modalidades de presencia en las aulas combinado con otras formas de lucha ( “trabajar y luchar”, es su nombre) aplicadas en la primera etapa del movimiento (mayo-julio).
Otro factor interno que obligaría al receso tanto del paro total ( y probablemente al cese de los bloqueos de carreteros) tiene que ver con los actos preparatorios (asambleas delegaciones y sectoriales, designación de delegados, etc) del Precongreso que, si no hay cambio de planes, deberá llevarse a cabo en este mes para la elección de su nuevo Comité Ejecutivo Seccional, toda vez que el 26 de septiembre fenece el período del Comité que encabeza Rubén Núñez.
De hecho, ya la lucha interna de las corrientes sindicales para posicionarse de cara a la sucesión de la dirigencia estatal de la sección 22 del SNTE se hizo más visible desde el mes de mayo y por eso no extraña que en esta última fase del proceso se agudice la pugna interna entre radicales, moderados y “gobiernistas”, con todos los ismos y alianzas que ustedes quieran imaginarse.
Rotas las negociaciones con el gobierno federal que no está dispuesto a negociar la abrogación de la reforma educativa, y ante la eventualidad de que nuevamente se imponga la mano dura del Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, en la cúpula de la sección 22 del SNTE, así como entre algunos liderazgos de la CNTE, empieza a ganar adeptos la propuesta planteada por la Segego, por un lado, pero también por otros mediadores del conflicto a nivel nacional y local, para optar por las modificaciones constitucionales y legales a la Ley General del Servicio Profesional Docente que eliminen el carácter punitivo y antilaboral de la reforma educativa.
La revisión y valoración de esta salida que eventualmente pudiera poner fin al conflicto es un escenario difícil y complejo porque necesariamente tienen que procesarse y aterrizar con las bases magisteriales movilizadas y en ese nivel lo que viene permeando es la desconfianza hacia sus dirigentes y un impulso obsesivo para no ceder en la demanda de la abrogación pese a que tal vía política y jurídicamente no es viable a corto plazo.
Así las cosas, ahora la ruta que tiene por delante el magisterio oaxaqueño, y la CNTE en su conjunto, es o tensar aún mas el conflicto hasta tocar fondo en su estrategia del todo o nada, o reflexionar sobre los triunfos ya obtenidos, dar un paso atrás para volver a las aulas e involucrarse y abanderar, con todos los sectores interesados, en el diseño de un nuevo modelo educativo que hoy está en el debate nacional.
Twitter: @YescasIsidoro