Cortinas de humo
CIUDAD DE MÉXICO, 24 de octubre de 2017.- Cuando en 2007 quitaron de su cargo al consejero Presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, para complacer a López Obrador, se tomó como una facultad del Congreso y muy pocos dijimos algo en contra.
No había ninguna razón para quitar a Ugalde, quien había cumplido bien con su trabajo.
Los que guardaron silencio entonces, ahora ponen el grito en el cielo por la destitución del Fiscal de Delitos Electorales, Santiago Nieto.
En mala hora lo quitaron, porque estamos al cuarto para las doce de las elecciones.
Pero el error de origen fue haberlo nombrado titular de la Fepade en virtud al cuoteo político para la designación de cargos en organismos autónomos.
Le “tocaba” al PRD, y designó a su asesor jurídico Santiago Nieto Castillo.
Resultó un fiscal protagónico, mentiroso y parcial.
Pero ellos lo nombraron, los partidos, incluyendo al PRI. Ahora tendrían que aguantarse.
El Fiscal Nieto no movió jamás un dedo para sancionar la campaña electoral anticipada de López Obrador desde el inicio del sexenio.
Su parcialidad hacia Morena es más que evidente pues permitió que su candidato presidencial gastara dinero en recorridos que realizaba todas las semanas, avión y hoteles incluidos, más equipo de compañía, templetes, volantes, vehículos…
Eso está prohibido por la ley. Son delitos electorales graves que el Fiscal Nieto debió investigar y castigar. No hizo nada.
Nunca se preocupó el Fiscal Nieto por averiguar de dónde salía el dinero que gastaba López Obrador en su Movimiento antes de que fuera partido con subsidios federales y locales.
Como presidente de Morena, López Obrador violó la ley una y otra vez al exponer su programa de gobierno, “para cuando nuestro Movimiento triunfe en 2018”, en cuanta plaza pública estuvo a su disposición.
¿Se imaginan si ahora lo hiciera Meade, Osorio, Nuño o Narro? Todos pedirían castigo.
López Obrador lo hizo por años, y el Fiscal Nieto estaba dormido.
Donde sí actuó, y lo hizo bien, fue en perseguir delitos electorales de Javier y César Duarte, ex gobernadores de Veracruz y Chihuahua.
Pero también ahí fue parcial. Pidió orden de aprehensión contra César Duarte, por retener dinero de los salarios de los empleados del gobierno de Chihuahua para entregarlo al PRI.
Delfina Gómez, ex candidata de Morena al gobierno del Estado de México, hizo lo mismo como presidenta municipal de Texcoco. Los documentos de las retenciones, firmados por ella, son públicos, y la señora está confesa.
¿Y el Fiscal Nieto? Cero sanción para Delfina Gómez. ¿Por qué? Porque es de Morena.
Su parcialidad era evidente, ostensible y ostentosa.
Declaró que se sentía presionado por el ex director de Pemex, Emilio Lozoya, por una carta que le mandó en el curso de la investigación sobre el caso Odebrecht.
Mentira. La carta está en redes sociales para quien quiera verla, y en ella no hay una sola amenaza ni presión.
Le pide que le diga si está siendo investigado, le da su dirección para recibir notificaciones, y le informa de quiénes son sus abogados para desahogar cualquier diligencia.
Eso no es presionar a nadie.
Haberlo hecho público de parte de Nieto revela un protagonismo impropio de un Fiscal, pues se trataba de una averiguación en curso. Tampoco había amenaza alguna.
Mal momento para quitarlo, pero peor fue nombrarlo.