Xandú, oportunidad para mantener unidad y tradición en Oaxaca: Jara
OAXACA, Oax., 17 de julio de 2020.- Un día como hoy, pero de 1940, nació el artista, activista, filántropo e ícono cultural de Oaxaca, Francisco Toledo, fallecido el pasado 5 de septiembre de 2019.
A 80 años de su natalicio, su legado y recuerdo permanecen vivos en la memoria del pueblo oaxaqueño, a quien dedicó su vida y su arte, logrando trascender fronteras y dar a conocer la identidad de Oaxaca ante el mundo.
Francisco Benjamín López Toledo, pintor, grabador y ceramista, tuvo sus raíces en el Istmo de Tehuantepec, donde su abuelo era zapatero en Ixtepec.
Orgulloso de sus orígenes, siempre fue un hombre sencillo al que parecía no afectarle su fama ni el reconocimiento nacional e internacional, ni la estancia en Europa y exponer su trabajo en Alemania, Inglaterra o Estados Unidos.
En 1972, fundó la Casa de Cultura de Juchitán, con la que comenzó su interés en difundir las artes en Oaxaca.
Además, constituyó el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, el Taller Arte Papel Oaxaca, el Centro de Artes de San Agustín, la Biblioteca para Invidentes Jorge Luis Borges, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO), el Cine Club El Pochote, el Jardín Etnobotánico, la Fonoteca Eduardo Mata, la Biblioteca Francisco de Burgoa, la editorial Ediciones Toledo, las revistas Guchachi Reza (Iguana Rajada) y Alcaraván.
Además ha donado pinturas, cerámica, grabados, esculturas, y libros a diversas instituciones.
La inigualable trayectoria del maestro Francisco Toledo, le ha valido diversos reconocimientos, como el Premio Anual “Federico Sescosse”, otorgado por el Consejo Internacional de Museos y Sitios, el premio alternativo al Nobel, Right Livelihood, el Premio Nacional de las Artes, entre muchos otros, por su labor incansable en el ámbito creativo.
Sobre todo, le valió el cariño incondicional de los oaxaqueños, con quienes convivía día tras días en las calles, caminando con ese aire de ensoñación y brillo en sus ojos, que caracteriza a los artistas inmortales.