¿Fuerza pública contra bloqueos?

OAXACA, Oax. 27 de noviembre de 2017.- “Alistan fuerza pública para diluir bloqueos”, fue la cabeza de la nota principal de ayer, al anunciar que el jefe del ejecutivo de Oaxaca presentará al Congreso local una iniciativa de ley para dar fin a esas protestas. Cientos de bloqueos serían enfrentados con este nuevo recurso legal. ¿Llegaremos a ver esto?
Hay tantas leyes que se violan de manera cotidiana que posiblemente no haga falta otra para castigar a quienes, por ejemplo, cometen el delito federal de bloquear las vías generales de
comunicación. O a quienes faltan más de tres días seguidos a dar clases, que nunca han sufrido al menos un descuento, mucho menos el despido de ley.
Más de 30 años de populismo
Lo que se construyó durante unos 30 años, desde la llegada al gobierno de Oaxaca de los populistas echeverristas con Heladio Ramírez López, pasando por Diódoro Carrasco y reafirmado en el siguiente, el de José Murat, será muy difícil echarlo abajo de un día para otro, sólo con recursos jurídicos.
Gobierno que se distinguieron por su tolerancia, y aun por crear o fortalecer a sus propios grupos disidentes.

El embate del ex gobernador Pedro Vásquez Colmenares contra los grupos rebeldes culminó a la llegada de Heladio que ofreció todas las facilidades a Margarito Montes Parra, por
ejemplo, para fundar con permiso y apoyo de ese gobierno su UGOCEP en la región del Papaloapan. A la COCEI le abrió el camino de su institucionalización política.
En la Mixteca Heriberto Pazos hacía lo suyo, al consolidar a Movimiento de Unificación de Lucha Triqui (MULT) en ese sexenio. Lo que consolidó ese personaje fue su fortuna y los viajes de sus
hijos al extranjero, tan a la vista. Los triquis nunca han estado más divididos que en las últimas décadas. Sus guerras a muerte se han agudizado.
¿Combatir a los Frankenstein?
La COCEI fue la que más creció, primero se adueñaron de la presidencia municipal de Juchitán, luego del PRD estatal y de ahí los grandes cargos nacionales, diputaciones, senadurías. En el
Papaloapan se veía atravesar el puente Caracol a los grupos de la UGOCEP fuertemente armados, sin que nadie los molestara, invadían ranchos y propiedades con toda impunidad.
Precisamente en esos años, consolidó su gran poderío el grupo más grande de poder político en Oaxaca, la Sección 22 del magisterio. Con nadie fue Heladio más explícito para la consolidación
como grupo de poder que con ellos. El decreto con que les entregó el IEEPO en 1992, poco antes de terminar su sexenio, es clarísimo.
Esos son los grupos clásicos, digamos, pero hoy han crecido otros, CTM, Sindicato Libertad. El primero tiene también una estructura estatal. Ramificaciones que los hace fuertes, y una clientela
dispuesta a todo con que puede paralizar la entidad de un momento a otro. Estos nuevos y los de antaño no dejarán tan fácil que les quiten el negocio de la presión-negociación con que han amasado fortunas. Los hijos de Sánchez o de Gyves ¿acaso no pelearan su patrimonio heredado?

Karina Barón, diputada deslucida que declara cualquier barbaridad, ¿acaso perderá lo que Margarito le heredo?
Una empresa muy grande
Con sentido del humor el actual mandatario dijo que habrá de crear algo como el “torito de los bloqueos”, en alusión al castigo a quienes son sorprendidos con el programa de alcoholímetro. Es
un buen dato humorístico, pues el tamaño de esta empresa se antoja grande.
Antes de que Ulises Ruiz perdiera la proporción de las cosas, sólo aplicaba la fuerza contra grupos pequeños que protestaban, los del Sindicato de COBAO, por ejemplo, a quienes echó a correr.
Nunca contra la S22. Tenía coherencia, pues ni en ese tiempo ni ahora alcanzarían los efectivos de la policía para desalojarlos del Zócalo.
Querer desbaratar un plantón de 10 mil maestros como entonces (o cetemistas u otros ahora) con los 3 mil policías que se contaba —escribimos entonces— sólo cabe en un pensamiento mágico.
Dura felpa le propinó ese magisterio a la policía, pues en pocos minutos llegaron más de 20 mil sindicalistas a reforzar. Desde tropa hasta comandantes fueron arrastrados por las calles de la
ciudad. Alguien dijo que para tener paz hay que estar preparados para la guerra.
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