Día 23. Por oportunismo, crisis en Ciencias Políticas de la UNAM
Las fuerzas armadas mexicanas, la única garantía para mantener a raya a los enemigos de México
En Chiapas muchos aspiran a suceder a Manuel Velasco el año próximo, la visita de AMLO aviva el escenario
OAXACA, Oax. 22 de febrero de 2017.- Las Fuerzas Armadas mexicanas están bajo ataque y no precisamente de las bandas del crimen organizado, sino de ciertos sectores que se oponen a que se regule su actuación en la llamada Ley de Seguridad Interior que se dispone a discutir el Congreso.
Sin embargo, no se dan cuenta que el Ejército y la Marina -las instituciones más sólidas y profesionales con las que cuenta el país-, son de los pocos baluartes que nos quedan para hacerle frente a los verdaderos enemigos de México, que son los cárteles de las drogas y la delincuencia organizada.
Ante la inexistencia de cuerpos de policía preparados para combatir a estos criminales -quienes se han convertido en el gran azote de los mexicanos-, los militares han realizado tareas heroicas para mantener a raya a los delincuentes que utilizan armas que superan en calibre y potencia a las que utilizan comúnmente los cuerpos policiacos del país.
Desafortunadamente, en lugar de respaldar su actuación, existen grupos que se dedican a denostarlos, descalificarlos, minimizarlos y a atacarlos, lo que sin duda contribuye a desmoralizar a las tropas que exponen su vida y enfrentan condiciones difíciles para limitar el poder de las organizaciones criminales.
En ese contexto se inscriben precisamente las críticas formuladas por Andrés Manuel López Obrador, quien cuestionó duramente la reciente ofensiva de la Marina en Tepic, Nayarit, contra miembros de una organización criminal.
El presidente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, alzó la voz para protestar por esta situación y dijo que varios de los muertos “eran menores de edad”, lo que a la postre resultó falso, pero que tampoco no significa que por su condición no estén al servicio de los Cárteles.
AMLO LUCHA HOY POR LOS DERECHOS HUMANOS DE LOS DELINCUENTES
López Obrador insiste en su maniqueista tesis de que el narcotráfico y la violencia, son un subproducto de la pobreza, la desigualdad o de “la mafia del poder”. Lo curioso es que, en busca de votos, el candidato de la supuesta izquierda ahora se preocupa por los derechos humanos de los delincuentes, un tema que antes estaba muy fuera de su radar.
Como sea, López Obrador está poniendo su granito de arena en las críticas orquestadas contra las Fuerzas Armadas, lo que de antemano le generará problemas internos en caso de llegar a la presidencia, porque necesitará del apoyo de los militares.
A la percepción de que los militares han incurrido en abusos contra los derechos humanos, contribuyen datos de que efectivamente en algunas ocasiones se han producido situaciones poco claras, en cuanto a los delincuentes muertos en combate.
Sin embargo, el fondo del problema deriva de que el ex presidente Felipe Calderón metió con calzador a las Fuerzas Armadas en la lucha contra el crimen, sin ponerse a pensar primero en las consecuencias que ello traería.
Es necesario aclarar es que en un país donde el 97 por ciento de los delitos no son castigados -es decir, donde hay un altísimo índice de impunidad-, surgen este tipo de excesos, porque algunos militares quizá en el fondo se pregunten qué sentido desgastarse y exponer la vida para detener a un delincuente que luego obtiene la libertad fácilmente, engrasando la maquinaria judicial a golpe de billetes.
Sin embargo, el asunto es que con este tipo de señalamientos simplistas sólo se favorece a los detractores de la participación de la fuerzas armadas en el combate a la delincuencia, los “bad hombres”, para usar la terminología de Donald Trump.
De ahí que resulte justificada la defensa que hizo el presidente Enrique Peña, el pasado domingo en Puebla, al señalar que no son admisibles las descalificaciones sin sustento en contra de las Fuerzas Armadas, las cuales si algo han demostrado, es su total y permanente compromiso con México y los mexicanos en su conjunto.
El mismo general Salvador Cienfuegos mencionó que la Ley de Seguridad Interior que se discute actualmente en el Congreso no es una legislación “a modo” y se debe establecer la responsabilidad de cada gobierno en la lucha contra el crimen. Por lo tanto, manifestó claramente que de ninguna manera se pretende militarizar la seguridad pública.
Por ello se espera que al discutir esta reforma, los legisladores actúen con la cabeza fría para no darle alas a los detractores del Ejército y la Marina, quienes –aunque lo dude López Obrador-, son quienes más se exponen para que el país todavía viva en paz.
GRANOS DE CAFÉ
La gira de Andrés Manuel López Obrador, dirigente nacional de Morena, por Chiapas el domingo pasado, generó una gran expectativa y movió a los analistas y a actores políticos locales a plantear diversos escenarios y a formular algunas especulaciones.
Se ha comenzado a visualizar por ejemplo que el propio político tabasqueño podría ser uno de los factores reales de poder que influiría en la integración de la coalición de partidos que inclinará la balanza hacia el hombre que relevará al gobernador Manuel Velasco Coello en el 2018, pues el panorama se ha complicado ante la aparición de varios aspirantes y el ganador aparentemente tendría que contar con el respaldo de AMLO, ya que no queda ninguna duda de que Morena integrará ese abanico de organizaciones.
Entre las sorpresas surgidas durante el reciente periplo de López Obrador, figura la aparición pública -y políticamente incorrecta-, de Rutilio Escandón Cardona, magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del estado, quien al igual que Plácido Morales Vázquez, ex jefe de asesores del gobernador, intentaron atraer la atención de López Obrador, aunque no fueron los únicos que incurrieron en esta ofuscación política, pues lo mismo hizo Zoé, el hijo del ex gobernador Eduardo Robledo Rincón.
Durante el multitudinario mitin en Tuxtla Gutiérrez -que hizo recordar los dinosáuricos acarreos a los que por décadas nos acostumbró el PRI-, estos personajes bien conocidos en Chiapas por sus buenas o malas acciones, intentaron cortejar a López Obrador mostrándose ante él como las mejores cartas para el relevo del gobierno local.
El líder de Morena, sin embargo, evitó caer en este juego de vanidades y no dejó de advertir las desavenencias que cruzan a los distintos grupos a los que están vinculados.
Morena sin embargo podría descartar a cualquiera de estos personajes para impulsar a Enrique Gurría -dirigente estatal de la organización en la entidad-, quien, llegado el caso pudiese abanderar la candidatura de este partido de muy reciente cuño.
No obstante, en Chiapas la elección del próximo gobernador necesariamente pasará por los acuerdos que tanto el PRI, el Verde Ecologista, el PRD y el PAN tomen en los próximos meses, con candidatos propios o ajenos, según concuerdan los analistas.
De hecho, en el PRI se mencionan a tres figuras locales que podrían encabezar la candidatura tricolor a la magistratura estatal.
El primero de ellos es, indiscutiblemente, José Antonio Aguilar Bodega, secretario del Campo en la actual administración de Velasco Coello, quien está precedido por un vasto currículum partidista y muchos sectores de la militancia, quien contendió ya a la gubernatura en la desigual contienda en la que resultó ganador Juan Sabines Guerrero, actual cónsul de México en Miami.
También se prevé en este escenario que Roberto Albores Gleason -actual senador por Chiapas-, tendría la oportunidad de disputar la candidatura del PRI, aunque muchos estiman que el verdadero “caballo negro” que podría obtener la preferencia del electorado y del voto duro del PRI en la entidad, es Roberto Domínguez Castellanos, ex rector de la UNICACH y actual secretario de Educación.
De este último se habla que posee una indiscutible sensibilidad para enfrentar la problemática actual en Chiapas y se ponderan su gran capacidad y habilidad negociadoras, pero también la firmeza de su actuación política cuando han sido necesarias, por lo que sus panegiristas y detractores aseguran que a la hora de la hora no se anda con medias tintas.
En este contexto, incluso se tienen contempladas hipotéticas alianzas del PRI como la que podría surgir con el Verde Ecologista, si así lo plantea el propio gobernador Manuel Velasco Coello, quien podría inclinarse por dar su visto bueno al senador Luis Armando Melgar, cuyo mayor activo hasta este momento es su credibilidad, bajo el postulado de menos política y más administración y transparencia.
Hasta el momento, de acuerdo a los analistas, Luis Armando Melgar encabezaría la larga nómina de personalidades de la política chiapaneca que han expresado su intención de suceder al gobernador, y no poseen, ni se ha inventado trayectorias merced a sus apellidos de alcurnia como pudieran ser los casos del propio Zoe Robledo y del mismo Roberto Albores.
Y como ya se ha demostrado hasta la saciedad que pertenecer o encabezar las preferencias en un partido no es garantía de triunfo -y son ahora las personas y no los partidos quienes favorecen o no con su voto-, Melgar pudiera ser quien aglutinara las voluntades e intenciones de los principales actores políticos del estado, si este fuese el caso.
La gran incógnita se presenta en el caso del PRD y del propio PAN pues auguran que podría construirse una posible alianza a través de Francisco Rojas, a quien se asegura apoyará el ex gobernador Pablo Salazar Mendiguchía, si es que él no se define finalmente por impulsar a su amigo Rubén Velázquez, ex secretario de Gobierno y ex senador.
Sin embargo, al interior del PRD no habrá que perder de vista también al diputado federal Diego Valera – ex verde-ecologista, quien recientemente pasó a integrar las filas del PRD, el partido de sus orígenes-, y quien, pese a lo que se diga en los corrillos políticos, cuenta con el afecto del gobernador Velasco Coello.
El legislador pudiera también dar la sorpresa al buscar contender bajo las siglas PAN-PRD, aunque está plenamente consciente de que aún tiene mucho tiempo y espacio político por delante.
No obstante será hasta el próximo junio cuando se definirá el camino del PRD chiapaneco y se lleve a cabo el relevo institucional, donde el perfil y el carisma del joven legislador pudiera imponerse ante el obvio desgaste de la actual dirigencia que encabeza César Espinoza, quien es respaldado por el dirigente del Congreso local, Eduardo Ramírez, del Verde Ecologista.
Cabe hacer notar que el caso de Eduardo Ramírez es significativo, porque para nadie es un secreto que ha hecho una gran labor para aglutinar y galvanizar a diversas fuerzas políticas en todo el estado, y se le considera con los méritos suficientes para ser el aspirante que logre el aval no sólo del Partido Verde, sino también del PRD e inclusive del PAN.
No obstante, muchos consideran que su máxima aspiración es lograr el beneplácito de Andrés Manuel López Obrador, con lo cual, aparentemente, tendría en la bolsa la candidatura y quizá la gubernatura.
Sin embargo, aún falta un largo trecho por recorrer y habrá que recordar que finalmente el escenario nacional necesariamente repercutirá en el ámbito local.
De ahí que ninguno de los posibles aspirantes podría presumir de tener asegurada la candidatura y mucho menos el triunfo en la bolsa.
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