Diferencias entre un estúpido y un idiota
OAXACA, Oax., 19 de marzo de 2018.- Se ha ido comprobando que, este proceso electoral es muy sui géneris y cada día muestra sorpresas o desnuda a más actores políticos se dice, yo sostengo, actores electorales.
Las redes sociales juegan un papel masificador de verdades a medias o sátiras puntuales, han generado un sinnúmero de imágenes graciosas y reveladoras de muchas cosas que están caracterizando al proceso. También hay, en redes, distintas expresiones que llaman la atención por su frescura y por su desconocimiento de la realidad.
Al ritmo del calendario electoral, en días recientes hemos visto cómo hay enredos al momento de las postulaciones de candidatos, se han complicado la existencia algunos grupos de poder porque creen, sí, creen que las cosas no cambian. Lamentablemente para quienes viven de sus ventas de impunidades, las cosas se mueven y sus fueros se agotan.
Dentro de los comentarios que en redes llaman la atención es uno que se hizo con preguntas, daba ese texto una semblanza de la etapa del 2006 en Oaxaca. Aquella en la que miles de oaxaqueños respaldamos a nuestros maestros, aquella en la que desde Radio Universidad se llamaba a la defensa de la autonomía de nuestra máxima casa de estudios de Oaxaca.
Aquellos días aciagos de cuando los grupos democráticos exigían la salida de un gobernador represor, de esa etapa de encarcelamiento de personajes nada claros en su congruencia política y muy marcados por su proceder electoral.
Ese año en que quedó marcado por la frustración social que reclamó con solidaridad, el rechazo a un mal gobierno.
Comentaba que ha habido publicaciones que recuerdan esa etapa oaxaqueña y preguntan si imaginan ver votando ahora, después de esa lucha épica del 2016, a alguien que por ese tiempo dijo, estar del lado de la masa reclamante. Pienso que tampoco, nadie en su sano juicio imagina ver votando ahora a alguien, contra quien compitió en el 2015 para ganarle un escaño de legislador.
Por cierto, contienda electoral que llegó al extremo judicial. Esto no sería fenómeno electoral, de no ser porque en esos dos sucesos el del 2006 y el del 2015, los protagonistas electorales son las mismas personas en trinchera partidaria y popular diferentes.
La pregunta al aire pero directa que en redes sociales hizo el comunicador, puedo yo responderla de una buena vez. Yo sí ya lo vi votando por lo que dijo combatió y además deja por los suelos aquella filosófica enseñanza obsequiada en el ensayo de Fernando Savater donde, encontramos cómo los siete pecados capitales forman parte de cada uno de nosotros y cómo afectan a la sociedad en que vivimos; dándonos además la fórmula de cómo sustituirlos y con qué virtudes, como humildad, autocontrol, generosidad, paciencia, responsabilidad y la admiración hacia otros.
Todo eso quedó destrozado evidenciando que se requiere “Ética de urgencia” en este, “El jardín de las dudas” aunque pienso que, tal vez sean “Figuraciones mías” pero, pareciera ser que entre la “Filosofía para Amador” y la “Política para Amador” se ha quedado el maestro en la lucha electoral por el poder, confundido pero teniendo claro que es práctica más allá de Amador.