Construyamos un México nuevo
OAXACA, Oax., 30 de octubre de 2017.- Alguna plática reciente me ilustró que debía volver a intentarlo, seguramente lo haré el resto de mi vida (seguiré intentándolo y moriré en el intento) y aquí me encuentro intentándolo.
Me ha resultado malo tratar de cambiar cosas, seguro es porque no cambio, sobre eso dice Pepe Mujica que, algunos “privilegios él no se pudo dar porque estaba dedicado a cambiar el mundo”, en mi caso este tiempo me correspondió así, con sujetos, formas y ritmos.
De tal suerte que en lugar de escribir o narrar sucesos y corrillos de mal gusto, decidí desde el principio que en este espacio quien me diera el honor de dedicarme momentos de su vida, no leyese lo que en el barrio se dice, de tal manera que en lo hasta ahora compartido en esta columna, he escrito, lo que pienso. Eso me dijeron en la aludida ilustración era lo difícil.
El próximo año nuestro país vivará el experimento más aplicado en procesos electorales, nada más ni nada menos que lograr una vez más mantener el status quo en México. Nada va a cambiar ni aun si llegara a triunfar quien es el actor electoral con más tiempo en el intento.
Ahí estriba uno de los problemas para que ese candidato tenga un buen saldo en el 2018, para algunos de los que hoy coordinan trabajos en ámbitos locales, estatales y federales para ese candidato, en realidad lo hacen para ellos mismos, a algunos lo que les importa es colgarse de esos casi 20 años de campaña, y van ahora en busca de candidaturas de la mano de ese proceso, dicen a voces ahogadas en la fuerza de sus arengas que están donde pisan porque van a defender el proyecto de su candidato. Así caminan calles y comunidades entregando periódicos. Al fin proceso. Habrían de decir cuál es el proyecto propio, el espacio que desean construir, las formas y procesos que van a utilizar para lograr dar forma a la expectativa social.
Pero no, a la mayoría les asiste solo la emoción de que en Oaxaca la sociedad se vuelque en 2018 a votar por su candidato a Presidente de la República y que si, a ese candidato no le dan los números o el poder real en el país decide que nuevamente debe perder la elección presidencial, pues entonces se conformaran con que ellos sí, al menos alcancen un espacio para asegurarse los próximos tres años, es decir no les importa lo que pasará en otros lados les satisface ser beneficiarios de la emotiva votación que en el sur de la nación recibirá su candidato presidencial.
Otra recomendación la recibí hace unos meses cuando me preguntaron mi edad y entonces me soltaron “oye léete entonces La Tregua” de Mario Benedetti, hoy más que nunca sé que, “no era mía, Dios la había mandado para darme una tregua” reflexiones que solo son Fundamentos.