Premian Casa y Francisco Toledo AC a inventíferos peludos
OAXACA, Oax., 25 de noviembre de 2016.- Aerofanía, palabra que inventó Octavio Paz, representa un misterio o ceremonia del aire que su autor, el compositor venezolano Adrián Suárez, llamó retumbos místicos, basado en la cosmovisión indígena, siendo la pieza ganadora del segundo Concurso Iberoamericano de Composición para Banda Sinfónica Ibermúsicas.*
Este sábado a las 19:00 horas en el Teatro Macedonio Alcalá será premiado Adrián Suárez como una de las actividades torales del 22 Festival Eduardo Mata que organiza la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca, para interpretar “Aerofanía” – retumbos místicos para banda sinfónica se informa en un comunicado.
Esta obra que fue premiada entre 60 propuestas sobre la cual su autor comenta:
“La obra se llama Aerofania, es una palabra que se inventó Octavio Paz y me siento agradecido con la invitación y contentísimo de estar aquí en esta bella ciudad de Oaxaca.
Aerofania, es misterio o ceremonia del aire, yo lo llamo retumbos místicos, retoma una antigua idea que en las vegas se da retumbos místicos de la existencia.
Este misticismo, era un campo verde en la época del periodo clásico griego, donde vivía el cantador de epopeyas acompañado de instrumentos musicales y es la razón de la epopeyas que estamos viviendo en Venezuela.
Confrontando la peor crisis en toda la república. Los retumbos místicos, tienen contenido algunos de ellos; yo tomé algunos contenidos de las tradiciones aborígenes de la cuenca de Orinoco.
Hay un poco un trabajo sobre el sonido buscando nuevas culturas, nuevas formas pero también amparado en las antiguas tradiciones indígenas, bueno ya veremos cómo nos va.
Mi interés como creador se dirige a valor de fuentes ancestrales. Eso implica es tan ancestral la cultura de la india, alguna manera alta cultura prototipo dónde venimos todos quizás.
También se puede decir lo mismo si eso desprende de Grecia. Para mí es muy importante y quizá no lo hice en la partitura, pero su contenido se identifica con las culturas indígenas, la verdad es algo exprofeso que escondí.
Lamentablemente todavía tenemos muchos prejuicios, bueno hablando de Venezuela, no sé como sea el caso de México exactamente, pero si hay algunos prejuicios sobre la sabiduría a través de los pueblos indígenas, pero estoy convencido que es todo lo contrario que en esos pueblos tienen soluciones concretas a muchos de los problemas que vivimos en la actualidad que tienen que ver con la crisis con lo interno, con el desequilibrio y creo que al final propone un equilibrio con la naturaleza, con una crisis, con la humanidad.
Si hay un contenido respecto a lo anterior, ese elemento está ahí, hay esencia de las culturas especialmente de Venezuela que tiene casi 30 culturas indígenas, cada una con una cultura, una música, una lengua específica. Es una confesión que hago ahora de alguna manera pues me siento honrado y contento con estas tradiciones, dejo oír un eco en la sociedad moderna y creo que así debe de ser.
Tiene que ver con el aire pero tiene que ver una confluencia con los 4 elementos el aire predomina, pero también está la tierra, el fuego y el agua, todos esos elementos; por ejemplo el agua confluye pues hay una parte donde los instrumentos de metal tienen agua, los trombones agua en su interior y concretamente el agua suena, los instrumentos de metal representan el fuego el fuego es metal y las percusiones hacen mucho énfasis en la tierra”.
Por su parte, Víctor Rasgado, director artístico del Festival Eduardo Mata expresó que “el jurado consideró que se trata de una obra que fue interesante desde el principio por la utilización de los instrumentos de una manera no tan tradicional, pero cuidadosa y sobre todo tenían una concepción no nada más desde el punto de vista musical muy interesante, sino también desde el punto de vista expresivo, se veía en las notas aunque solamente ahora que tenemos a Adrian aquí podemos conocer que pensaba en estos retumbos mixticos en esta concepción de esta obra”.
Adrián Suarez es originario de Caracas, licenciado por la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela. Realizó estudios de música, trombón y composición en la Escuela Superior de Música José Ángel Llamas, además de tener aportaciones como investigador, compositor e intérprete que lo han llevado a distintos países de América, Europa, África y Asia.