Economía en sentido contrario: Banamex
CIUDAD DE MÉXICO, 7 de septiembre de 2017.- El Presidente del PAN obtuvo un triunfo rotundo: perdió su propuesta y el PRI se comprometió a darle luz verde a la iniciativa del presidente Peña Nieto.
Se va a hacer lo que pide Peña y no lo que pedía Ricardo Anaya: no habrá pase automático para el Procurador General de la República al cargo de Fiscal.
Y Anaya levanta los brazos y exige más. Quiere que los priistas en el Senado se comprometan por escrito a desechar la iniciativa que él apoyó, y a aprobar la que envió el Presidente en noviembre.
Para presionar al PRI a rechazar la iniciativa votada por los panistas, el dirigente de ese partido instruyó a sus diputados a que impidieran el inicio del periodo ordinario de sesiones y amenazó con tomar San Lázaro junto con el PRD y Morena.
De locos, ¿no?
Un ridículo total. Lo correcto está en la iniciativa presidencial de noviembre del año pasado: eliminar el pase automático de Procurador a Fiscal General de la República.
Y esa propuesta presidencial fue mandada a la congeladora del Senado, en noviembre, por el presidente de la Junta de Coordinación Política, Fernando Herrera, anayista, líder de los senadores del PAN.
Lo que hemos visto en estos días ha sido una exhibición de cinismo político que pocas veces se ha dado en la historia parlamentaria reciente.
Y de una falsedad que deja atónito a cualquiera: el PAN de Anaya obliga al PRI a alinearse con la postura del Presidente de la República y no con la que votaron e impulsaron los panistas.
Se vale cambiar de opinión, se dice para justificar la voltereta de Anaya, y es verdad, se vale.
Pero hay que explicar por qué. Algunos han dicho que Anaya cambió de opinión luego de la “casa blanca” y de Ayotzinapa, que demuestran que el Fiscal no puede ser el actual Procurador a fin de que investigue a este gobierno.
Falso. Es mentira. Apenas el 24 de febrero del presente año se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto con la reforma que crea la Fiscalía, que en su artículo Décimo Sexto dice: “El Procurador General de la República que se encuentre en funciones al momento de expedirse la declaratoria a que se refiere el párrafo anterior, quedará designado por virtud de este Decreto Fiscal General de la República…”.
Quienes rubrican el decreto del Diario Oficial (24 de febrero de este año, insisto), son el presidente del Senado, Pablo Escudero (PVEM), y el de la Cámara de Diputados, Javier Bolaños (PAN, anayista).
Anaya tiene que decir la verdad acerca de qué lo hizo cambiar de opinión en los meses recientes. Pero no lo va a hacer porque son motivos personales: el enojo porque un diario capitalino publicó información importante sobre su situación patrimonial, y porque necesita posicionarse para ser el candidato presidencial del Frente opositor.
Aclaración.- En la columna del viernes comenté la notable disminución de la pobreza extrema en el país, y la atribuí, en parte, a la Estrategia de Inclusión Social impulsada por el entonces titular de Sedesol, José Antonio Meade. Me hacen ver, con razón, que tanto el alineamiento de programas sociales y la tendencia a la baja de la pobreza ya se venían dando. Por tanto el mérito es, también, de la ex secretaria de Sedesol, Rosario Robles. En efecto, la continuidad de políticas ha dado resultados positivos, aunque pueden tener un retroceso en la medición que se hará dentro de dos años a consecuencia del aumento de la inflación en 2017. Y sostengo que una política social es mucho más que repartir dinero a gente para que no se muera de hambre, sino que se requieren crear vínculos comunitarios a partir del trabajo compartido y que la gente sea protagonista de su destino y no una fría receptora de la ayuda del gobierno.