Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
CIUDAD DE MÉXICO, 15 de mayo de 2020.- Según la mitología griega, a la diosa Némesis –hija de la oscuridad y la noche–, se le identifica con el enemigo, la venganza, la fortuna y la justicia.
Así, por ejemplo, durante décadas, la némesis de López Obrador llevó el nombre de Carlos Salinas, un expresidente mexicano al que el líder opositor achacaba todas las virtudes de la maldad humana.
A partir de 2006, el nombre de la némesis de Andrés Manuel sufrió una fea mutación y, desde entonces, se llama Felipe Calderón, nombre de otro expresidente que, entre sus virtudes destaca haber utilizado a las Fuerzas Armadas para encabezar la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico.
Pero también está claro que la soberbia del presidente Obrador nunca le permitirá reconocer que su némesis, Felipe Calderón, tenía toda la razón en usar a las Fuerzas Armadas en la lucha contra los malos.
¿Y, por qué nunca lo va a reconocer?
Porque Calderón no sólo es la némesis de López Obrador, sino que se convirtió en el villano favorito del presidente López; es el culpable de todos los males –imaginarios o reales–, que aquejan a México y al mundo.
Sin embargo, López Obrador puede disparar toda clase de epítetos y calumnias contra Calderón pero, en los hechos, resulta que las decisiones, los decretos y hasta el lenguaje corporal del presidente Obrador, gritan todo lo contrario al discurso oficial; gritan más que los silencios de Andrés Manuel y que sus negaciones.
Por ejemplo, el decreto de López sobre la militarización de la seguridad pública grita a todo pulmón y a todo el mundo que el expresidente Calderón tenía razón al sacar de los cuarteles a militares y marinos, para hacer frente al crimen y la violencia.
El decreto grita lo que aquí dijimos por años; que era no solo mentirosa sino engañabobos la promesa de López de regresar a los marinos y militares a sus cuarteles; grita al mundo que el presidente mexicano ya se ganó el título de uno de los mandatarios más mentirosos de la historia.
Sin embargo, lo que no dice el López, lo que no dice el presidente mexicano y lo que oculta Obrador es que él no perseguirá a los criminales con el uso de las fuerzas castrenses.
¿Y si no atraparán narcos, qué harán militares y marinos en la calle?
La respuesta todos la conocen; Obrador no perseguirá a los capos del crimen y del narcotráfico porque se presume una alianza entre esas bandas y el gobierno de López Obrador; alianza de beneficio mutuo; alianza que estaría detrás de la amenaza lanzada contra el diario Reforma, por sicarios del cártel de El Chapo.
¿Y, entonces, por qué y para qué insistir en la militarización del país?
También la pregunta parece ociosa. Porque el presidente Obrador usará a marinos y militares contra los ciudadanos; contra los críticos, opositores y antagonistas; contra los migrantes –para responder a su alianza con Trump–, y contra quienes apuesten por sacar a López del poder.
Por eso, apenas la mañana del jueves pasado, muchos ciudadanos fueron testigos de una confesión como la siguiente.
Dijo Andrés Manuel: “Aunque me critiquen de que quiero militarizar el país… voy a seguir insistiendo en que las fuerzas armadas nos deben ayudar en tareas de seguridad pública?
¿Y cuáles son esas tareas?
Las tareas son todas aquellas que, por décadas, criticó, estigmatizó, censuró y condenó el entonces líder social López Obrador. Militares marinos perseguirán opositores y crearán un estado de terror, como en las clásicas dictaduras del mundo.
Por lo pronto, ni imitando a Calderón, el presidente López ha logrado superar a la némesis de su gobierno. ¿Por qué?
1.- Porque hoy el de Andrés Manuel es el gobierno con más muertes violentas en la historia, lo cual confirma el fracaso de la Guardia Nacional y de la estrategia de seguridad de López.
2.- Porque la guerra de Calderón sólo lanzó a militares y marinos contra las bandas criminales, las mismas que hoy apoyan a López Obrador.
3.- Porque a pesar de la maniquea campaña política y mediática de López contra Calderón, hasta hoy, el gobierno del panista supera por mucho a los 17 meses de la gestión de Andrés Manuel.
4.- Y porque, a querer o no, Calderón es un presidente mexicano que se ganó el respeto del mundo, en tanto que López se ha ganado el galardón al peor presidente, no sólo de México, sino del mundo.
Por eso, la derrota de Andrés Manuel, frente a Felipe Calderón, es aplastante.
Y, por eso, el grito desesperado de Obrador: “¡tenía razón Felipe Calderón!” El tamaño del fracaso de López Obrador ante su némesis.
Al tiempo.