Paloma Sánchez-Garnica, premio Planeta 2024, y Beatriz Serrano, finalista
OAXACA, Oax. 3 de abril de 2022.- Es primavera y el intenso calor se siente en Teotitlán del Valle; un hombre camina entre los surcos de nopal que sembró hace 12 años en el jardín de su casa, con su mano revisa cada uno de los plantíos en busca de la grana cochinilla, un insecto que cultiva junto con artesanos del colectivo “Arteova”, y de donde obtiene desde hace dos años “El oro rojo”, como llaman a esta tintura natural que utilizan para teñir los hilos de lana de tapetes tradicionales.
Un diminuto algodón blanco está pegado en el nopal, con los dedos lo destripa, es un rojo carmín. “Mira, esa es la grana cochinilla”, explica Ángel Mendoza Bazán, guardián de esta tintura natural.
A diferencia de la mayoría de los artesanos que heredan los conocimientos por herencia familiar, Ángel aprendió a cultivar la grana cochinilla por un vecino, quien le compartió sus secretos; desde la variedad del nopal que se cultiva, que es la “San Gabriel”, hasta los cuidados y la técnica original para su preservación, procedimiento que es amenazado por tinturas artificiales.
Con delicadeza toma el nopal que previamente seleccionó, en una de las esquinas le hace un orificio en forma de un diminuto ovalo y lo traslada a un espacio con hay luz y ventilación, para comenzar con el proceso de infestación.
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