El pleito eterno: política vs brevedad
OAXACA, Oax., 23 de noviembre de 2018.- Acabo de ver en entrevista a Andrés Manuel López Obrador con Azucena Uresti por Milenio TV. La consulta ciudadana de sábado 24 y domingo 25 de este mes sobre diez programas prioritarios de su gobierno fue el tema central.
Alejandro Murat ha decidido salir públicamente a hacer activismo a favor de uno en específico que tiene que ver, desde luego, con Oaxaca y los oaxaqueños:
“Desarrollar el Istmo de Tehuantepec modernizando los puertos de Salina Cruz, Oaxaca y de Coatzacoalcos, Veracruz, comunicando al Océano Pacífico y el Atlántico por medio de una vía de tren. Así se reactivará la economía en el sureste. Se consultará a las comunidades para incorporarlas a los proyectos de desarrollo”.
Es el punto dos de la consulta y con sobrada razón el gobernador de Oaxaca, su promotor número uno.
Y es que un “corredor transístmico” que permita fundamentalmente transportar mercancías de un océano a otro en el menor tiempo y al menor costo posible, ha sido in ideal no cumplido cuyos ecos han resonado en nuestra historia en varios momentos desde la segunda mitad del siglo XIX.
Condiciones políticas y sociales endógenas y exógenas también (recordemos el polémico Tratado Mc Lane – Ocampo) lo han frustrado.
Con su imposibilidad se ha esfumado de tiempo en tiempo el sueño de tener en nuestro estado y para el sureste mexicano un polo de desarrollo económico; una llave que permitiría cerrar significativamente la brecha de progreso y crecimiento entre el norte y el sur.
Hay que reconocer, independientemente de diferencia de opiniones y objeciones respecto del estilo personal de gobernar que ya muestra el Presidente electo, que esta vía férrea representaría, sin duda, un buen comienzo para un corredor interoceánico de 302 kilómetros, cuyo proyecto fue retomado desde 1997 y que habría de contemplar también 230 gaseoductos, cinco parques industriales (con una extensión aproximada de 400 hectáreas cada uno), autopistas, ampliación de puertos marítimos, acondicionamiento del aeropuerto de Ciudad Ixtepec y su apertura a la aviación comercial, construcción de viviendas con servicios básicos y la creación de un recinto fiscal estratégico.
Hoy tenemos todo para detonar un proyecto de corto, mediano y largo plazo que pueda representar una robusta competencia al Canal de Panamá siempre y cuando seamos cuidadosos de no comprometer nuestra soberanía y de incluir, desde su opinión y beneficios tangibles a nuestros pueblos originarios para la preservación de nuestros ecosistemas.
Nunca como ahora habíamos tenido tan al alcance de la mano una posibilidad tangible de progreso para Oaxaca.
Ricardo Flores Magón, a quien recordamos en días pasados en el aniversario de su muerte dijo, refiriéndose a México, que “sobre una tierra inmensamente rica vejeta un pueblo incomparablemente pobre”.
Es una realidad que, lejos de desaparecer, se acentuó en el sur de México y en estados como el nuestro. Este proyecto representa, sin duda alguna, lo más cercano que tendremos a una alternativa real a la pobreza material de nuestros pueblos”.
Es una oportunidad que no debemos desaprovechar.
Más allá de si las consultas del Presidente electo son legales, a modo, amañadas, deficientes o no, creo que debemos tomarle la palabra al gobernador y salir a votar por el “SÍ”.
Más allá de colores, de filias y fobias está Oaxaca y personalmente estoy seguro que el “SÍ” es lo mejor para nosotros, nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.