Día mundial de la información para el desarrollo
CIUDAD DE MÉXICO, 4 de junio de 2016.- Gillian Lynne, nació en Inglaterra hace 90 años, cuando estaba en el colegio sus padres recibieron cartas que advertían de la indisciplina que su hija mostraba en clase. Preocupados por la situación decidieron llevarla a un psicólogo para tratar que fuese como los demás niños y niñas de su clase. Tras observar a Gillian, sugirió a sus padres que la inscribieran en una escuela de danza. No tenía problemas de atención, sino que necesitaba llegar al aprendizaje de otra manera. Llegó a ser coreógrafa de éxito con obras como “Cats” o “El fantasma de la ópera”.
“La creatividad no es una cualidad de la que estén dotados particularmente los artistas, sino una actitud que puede poseer cada persona”. Así entendía la creatividad el psicoanalista y filósofo Erich Fromm. De niños no tenemos miedo a equivocarnos, no estigmatizamos el error, pero si lo hacemos corremos el riesgo de perder la creatividad. Así como Gillian encontró su creatividad todos podemos hacerlo. Todos los niños nacen artistas, lo difícil es seguir siéndolo a medida que creces decía Picasso.
Gillian se enfrentó a este problema y pudo disfrutar de otra educación y librarse de unos “síntomas” que en la actualidad se habrían achacado al TDAH o trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Necesitamos descubrir cuál es nuestro talento y desengrasar las bisagras de la imaginación. Ken Robinson fue uno de los primeros en alzar la voz contra un sistema educativo. Este sistema coarta la imaginación, se esperan determinadas respuestas a preguntas establecidas.
“Hay numerosas investigaciones que señalan que la creatividad de los niños decrece con los años de permanencia en el sistema educativo”, afirma la catedrática Petra María Pérez.
Los sistemas educativos son el reflejo de una educación de otro siglo, en el que se iba a la escuela para conseguir un trabajo. Por eso se encuentran jerarquizados, las matemáticas y los idiomas predominan sobre las humanidades o las artes. Seguimos una programación que nos dicta qué hacer y cómo hacerlo; el sistema educativo asocia el éxito a sacar buenas notas en lugar de trabajar la creatividad y a una educación en la totalidad de nuestro ser. Pero luego nuestros referentes son personas que destacaron por ser diferentes, innovadores, fueron creativos.
Todos tenemos dos hemisferios cerebrales, pero la mayoría emplea uno más que el otro. Por eso un problema matemático en el que predomina el hemisferio izquierdo resulta difícil de comprender para en quien predomina el hemisferio derecho, porque aplican una lógica distinta. Para cualquier problema, ya sea en el carácter escolar, laboral o personal, se necesita combinar ambos hemisferios, el análisis y la intuición. “Si definir es rodear un campo de ideas con una valla de palabras, creatividad sería como un océano de ideas desbordado por un continente de palabras” afirma el catedrático Saturnino de la Torre.