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4. Con cariño y afecto para mamá Viky Calvo y familia
Sí, ¡tengo 55 años!
En la Secundaria Federal realicé mi primera gestión con el apoyo de mi hermano Victoriano, quien ya había emigrado a estudiar leyes a la ciudad de Oaxaca. Resulta que yo era un año mayor que el resto del grupo, perdí un año de primaria a causa de la bronquitis que les he platicado. Por cierto, me curé tomando el famoso bálsamo blanco de pescado, cuyo sabor era más que horrible.
Pues al momento de repartir los grupos me enviaron al turno de la tarde, lo que impedía seguir con mis labores de ayuda a mi mamá en el mercado.
Decidí entonces acudir con el director Mario Robles Jiménez, que en paz descanse, para exponerle la situación, pero se negó a cambiarme al turno de la mañana argumentando mi edad y la saturación en los grupos matutinos.
No me quedó otra que asisitir por la tarde durante casi tres meses, les decía a mis compañeros que solo iba por unas semanas, pero al pasar de los días y ver que no había una permuta, me acerqué a la dirección y le planteé nuevamente mi caso a la maestra Rosa Córdova Nieto, entonces jefa de control escolar, quien muy amablemente me explicó que la única manera de cambiarme a un grupo de la mañana era con una orden del Jefe del departamento de secundarias generales del estado. Con la simple mención del cargo ¡me asusté!, sin embargo, no desistí.
Cómo llegar hasta él era el reto. Mi hermano Victoriano llegó de fin de semana y le platiqué la situación, ofreciéndose a ir personalmente a las oficinas a realizar la gestión y así fue como después de unas semanas de esperar a que lo recibiera el funcionario, accedió a la petición y envió un memorándum escueto en una hoja de media carta que recuerdo decía más o menos así:
“C. profesor Mario Robles Jiménez, director de la Escuela Secundaria Federal de la ciudad de Juchitán, Oax.
Le comunico que a partir de esta fecha el alumno Pedro Santiago Rasgado, quien cursa el turno vespertino pasará al turno matutino.
Sufragio Efectivo. No Reelección. El Respeto al derecho ajeno, es la Paz” y la rúbrica del funcionario de apellido Pombo.
Al lunes siguiente, ya con el memorándum en la mano, me presenté en la dirección y todos incluyendo al propio director, se sorprendieron de la orden y no les quedó de otra más que acatar la indicación de un superior, la secretaria que me atendió me dio la oportunidad de escoger el grupo al que me iría, enseñándome las listas de asistencia y por azares del destino escogí el grupo C cuyo salón se encontraba a unos pasos de la cafetería escolar y de la caseta de color verde de la tia Oli quien por cierto su esposo se llamaba igual que yo, ta’Pedro, situación que nos ponía en la ventaja de ser los primeros en poder llegar a adquirir nuestros alimentos a la hora del recreo. 10.30 horas de la mañana sonaba el timbre. ¡Ahí comenzó mi afición por los tacos!, los de la tía Oli eran de pollo horneado, bañados con el jugo del propio pollo, y que en estos momentos al recordarlos ya se me antojaron y me abrieron el apetito.
Debo de confesar que por algún motivo la tía Oli durante los tres años de la Secundaria nunca me quiso cobrar los desayunos, años más tarde, ya siendo abogado, pasé a buscarla en su taquería que tenía en el mercado de Juchitán y le pregunté la razón, me confesó que por el gran cariño que le tuvo a mi madre, na’Tina.
Al retirarme de la visita y de la atascada de tacos de lengua de res la abracé y sin que pudiera reaccionar le di en su mano un dinero que no quería recibir le supliqué y finalmente aceptó y me dio su bendición, ahí aprendí que cuando se hace un favor hay que hacerlo con los ojos cerrados sin mirar a quien por que cuando abres tus ojos de llagará una lluvia de bendiciones.
Al llegar al salón de clases todos me miraban muy raro, pensaban que venía de otro colegio, les platiqué mi historia y el maestro de matemáticas Mario Alonzo Jiménez, me presentó y me asignó un lugar a lado de Paty Calvo y Nahina Dehesa y así comencé formalmente la secundaria.
En una ocasión Paty Calvo había olvidado una tarea que se tenía que entregar y estaba muy preocupada porque seguramente sus papás la regañarían. Le pregunté su domicilio y sin pensarlo me salí de la escuela y me fui caminando hasta su casa, más o menos caminé dos kilómetros y llegué a su domicilio, a un costado del hotel la Mansión; su mamá na’Vicky Calvo me abrió la puerta y le expliqué mi presencia, buscó la tarea y le pidió al papá de Paty que me diera un raid de regreso a la secundaria; en su camioneta -color naranja Marca Dina- al servicio de la CFE.
Al regresar, el reto era pasar la aduana del prefecto Santana quien gozaba de ser muy rudo y estricto. Al cuestionarme de dónde venía solo contesté que de ir a sacar unas copias; eso sí pronunciado todo con la voz firme y seguro; el prefecto me miró y me dio el pase de ingreso de nuevo.
Este gesto me ayudó a ganarme el cariño y el afecto de la familia Calvo López, con quienes hasta ahora mantengo una relación casi familiar. Lamentablemente en esa época falleció el papá de Paty, Juan José González, que en paz descanse y recuerdo que todos los alumnos del grupo acudimos uniformados al sepelio.
En el año de 1982 cumplí 15 años y la abuela de Paty y de Vicky, na’Lancha, Esperanza López Lena, muy generosamente me organizaron una cena en el restauante Kristal del hotel La Mansión y me entregó una caja muy grande con varios regalos; en ese tiempo mi hermano Armando quien estudiaba arquitectura en la ciudad de México, me obsequió un perfume, el único que he usado desde ese año hasta hoy día, el Ted Lapidus.
En esa época de la secundaria no solo me relacioné con mis compañeros de generación sino también con los de otras generaciones y así hice gran amistad con José Luis, huevito; Manuel, paletero; Víctor Hugo López, chente; Julisa Ernult, Alejandro y Daniel Chirinos, Margarito Aquino y Polín López Márquez, polín caballito.
De este último recuerdo que al pasar a su casa por él para irnos a la escuela me desayunaba su sanwich y el chocomilk que su mamá le preparaba todos los días, ello porque se despertaba tarde y no le daba tiempo de desayunar; luego se volvió una estrategia que ‘huevito’ y yo pasábamos por él ya con el tiempo encima para poder nosotros ir desayunados a la escuela en su coche Safari de color amarillo.
1 https://oaxaca.quadratin.com.mx/hoy-cumplo-55-anos/
2 https://oaxaca.quadratin.com.mx/donaciano-una-historia-para-mis-hijas/
3 https://oaxaca.quadratin.com.mx/en-memoria-de-soid-una-historia-para-mis-hijas/