Cortinas de humo
ESPRESSO COMPOL
En el 2021, la campaña de Marco Bonilla en la capital de Chihuahua tuvo un resultado histórico con un récord de votación; atrás de esa cifra hay una estrategia y una eficiente operación de actividades, la cual vale la pena recordar.
Desde el proceso interno del Partido Acción Nacional los diferentes grupos políticos fueron viendo a Bonilla como una opción sólida y la única que no dejó de trabajar en pos de lograr la nominación, mientras sus oponentes más fuertes, esperaban sentados que desde el Comité Ejecutivo Nacional panista les cayera el democrático dedazo. Se llegó a un proceso interno en el que Bonilla arrasó al único oponente que le compitió: Roberto Lara Rocha.
Previo a ese proceso, hay que recordar qued, de 2004 a 2010 el Partido Acción Nacional tuvo las riendas del ayuntamiento chihuahuense y mientras no la ocuparon, otro liderazgo panista fue construyendo su camino con miras a conquistar la presidencia municipal de Chihuahua capital: Maru Campos, quien no sólo logró el triunfo en 2016 sino la reelección en 2018 con una mayor votación, con todo y que el efecto Andrés Manuel López Obrador estaba en su mejor momento empero no pudo penetrar al electorado de la capital chihuahuense.
En el 2021 se llevaron a cabo dos procesos internos en el PAN con sólo una semana de diferencia: el 24 de enero para seleccionar candidato o candidata a la gubernatura, y el que serviría para elegir candidato a la alcaldía de la ciudad de Chihuahua. La comisión organizadora electoral estatal determinó que la elección interna para seleccionar candidato del PAN a la presidencia municipal de Chihuahua se realizara con el voto de la militancia activa el domingo 31 de enero del 2021.
Todo esto en el contexto de la persecución política, al estilo del maccarthismo estadounidense, que el entonces gobernador y panista, Javier Corral emprendió contra cada simpatizante o seguidor de la entonces aspirante a la candidatura a gobernador, Maru Campos.
Marco Antonio Bonilla Mendoza inició en junio 2020 su trabajo interno con miras a lograr la nominación, a pesar de tener en contra dos factores: no haber sido candidato previamente y ser el menos conocido. En las primeras mediciones lograba un 6% de conocimiento, a un año de la elección.
Bonilla conformó, paso a paso, un equipo que trabajó con miras a un proceso interno, el cual estuvo en riesgo de no llevarse a cabo, ya que siempre se mantuvo la posibilidad de una negociación para que hubiera un aspirante único y que fuera un grupo ajeno al de Maru Campos.
Una vez obtenida la candidatura, el reto fue el posicionamiento de Marco Bonilla en la capital. En el mes de marzo los indicadores eran muy claros: Maru Campos tenía un alto porcentaje de posicionamiento, así como un elevado número de positivos en Chihuahua capital. Sus resultados y su comunicación social durante su gestión como alcaldesa habían logrado ponerla en un punto privilegiado en la competencia por la gubernatura del estado.
Sin embargo, el reto era Ciudad Juárez. Así que, la estrategia marcaba concentrarse en la mejor frontera de México.
Por otro lado, Marco Bonilla venía de encabezar la Dirección de Desarrollo Humano y Educación de la administración municipal de la capital del estado y a pesar de haber estado algunos meses como alcalde interino durante la reelección de Maru en 2018, tanto su conocimiento como posicionamiento eran realmente bajos.
A mediados de marzo el conocimiento del candidato a la alcaldía se encontraba los 44 puntos. Existía un reto importante, incrementar en mes y medio 26 puntos de posicionamiento. Además de generar una estrategia para la marca personal “Marco Bonilla” que involucró medios tradicionales y medios digitales, era claro que el posicionamiento de Maru era un activo que debía utilizarse de manera estratégica, y fue ahí donde surgió la idea de nombrar a Marco Bonilla coordinador de la campaña de la candidata a Gobernadora en la capital, dando pie a que Maru pudiera centrarse en Ciudad Juárez y Bonilla pudiera tanto subir en conocimiento como en positivos al relacionarlo como parte del equipo cercano de Campos. Este nombramiento le abrió paso a Marco a figurar tanto en la dinámica de aire como de tierra y el resultado fue lo establecido: Bonilla logró llegar a la meta en cuanto a posicionamiento para el arranque de la campaña en el municipio de Chihuahua.
El siguiente paso fue generar sinergia y que esta se comunicara adecuadamente. La química entre Maru y Marco era natural, su historia de trabajo en equipo, su buena relación no sólo como políticos sino como amigos y compañeros de lucha durante tantos años, se reflejaba claramente cada que estaban juntos, lo cual desencadenó una verdadera campaña en conjunto.
Destaca que, la estrategia de comunicación fue en total coordinación con la campaña municipal en el discurso. Con Maru principalmente concentrada en Ciudad Juárez, Marco vio como una oportunidad estratégica el mantenerla presente citándola constantemente dentro de su discurso, resaltando sus resultados como alcaldesa y compartiendo su visión de ciudad a la que él mismo daría no sólo un seguimiento sino un esfuerzo extra.
Evidentemente Maru tenía un reto mayor en cuanto a estrategia territorial. En consonancia Bonilla, de manera natural por la posición a la que se aspiraba, asumió el liderazgo y la responsabilidad que esto conllevaba para el proyecto de ambos en Chihuahua capital. En este sentido otro factor clave fue el respaldo y la confianza entre candidatos, pues a pesar de que en un inicio las expectativas no eran las más favorables para Marco Bonilla, Maru Campos nunca titubeó y por el contrario, impulsó el establecimiento de una estrategia conjunta de campaña y de comunicación coordinada, lo que junto con la ejecución disciplinada por parte de los diferentes perfiles partícipes del proceso, dio un resultado histórico.
Todo esto en medio de la complicada situación que generó la pandemia provocada por la propagación del Covid-19 que eliminó los eventos masivos en casi su totalidad, y que hacía que el semáforo de alerta también jugará a favor o en contra de las diversas actividades que podía realizar el candidato y el equipo, quienes se adaptaron por ejemplo con videoconferencias o reuniones virtuales para sacarle provecho al tiempo.
El rival de Bonilla fue Marco Adán Quezada, ex alcalde y ex priista, quien era todavía más conocido que Marco Bonilla. Incluso esto se reflejaba no sólo en los estudios cuantitativos, sino que en los cualitativos la gente también se expresaba muy bien de Marco Quezada, a quien le asignaban una buena calificación en su paso por la alcaldía.
Por ello resultaba necesario a la par de elevar el nivel de conocimiento y presencia de Marco Bonilla, agregarle valores como experiencia y resultados, lo cual era cierto pues a su paso por la Dirección de Desarrollo Humano y Educación del municipio de Chihuahua el trabajo se notó. Vale la pena mencionar que las encuesta y los grupos de enfoque resultaron clave en la selección de fotografía y de temas para la narrativa de Bonilla, pues fueron los que se trasladaron a las propuestas de campaña.
Y luego vino el 8 de mayo con la presentación de esas propuestas, un evento que disipó las dudas sobre el nivel de preparación de Bonilla, quien actuó con seguridad y dominio de los temas. Articulado en cinco ejes que respondían a las necesidades expresadas por la ciudadanía en los diferentes estudios levantados.
Para rematar, vino el debate entre los ochos candidatos y candidatas el 18 de mayo, donde la atención se centró entre los candidatos Marco Bonilla y Marco Quezada, y quizá un poco en el estridente candidato de Movimiento Ciudadano, Miguel Riggs. La dinámica del encuentro no permitió un intercambio de ideas directo, pero el sorteo generó que estos tres candidatos quedaran uno al lado del otro y que al finalizar sus participaciones el abanderado del PAN-PRD, le siguiera la del Partido Verde Ecologista de México y luego el de MORENA cerrando el de Movimiento Ciudadano. Entre propuestas y algunas acusaciones el debate transcurrió en sus tres etapas, dejando por saldo un mejor resultado para Bonilla, en parte porque Quezada ya había sido alcalde y era su última oportunidad para acercarse en la contienda, algo que no sucedió y el ánimo favoreció a Marco Bonilla.
Vale la pena subrayar el trabajo del equipo de propuestas, así como el de discursos, manteniendo una disciplina que se reflejaba en las palabras utilizadas por Bonilla.
Con esta corta remembranza de quienes vivimos la campaña de 2021 como parte del equipo de Marco Bonilla, hoy tiene una nueva circunstancia: será candidato del PAN, PRI y PRD a la alcaldía de Chihuahua; un acontecimiento histórico para los tres partidos y para él en lo personal.
Hoy hará lo propio ante las dirigencias municipales de los tres partidos y sus hombros cargarán tres veces más responsabilidad que en 2021.
ESPRESSO COMPOL
La investigación, información de calidad y toma de decisiones con base en ello logró darle un rumbo claro a la campaña a alcalde de Chihuahua. Marco Bonilla hizo lo necesario para cumplir con los objetivos, primero elevar su nivel de conocimiento entre los pobladores de la capital, y segundo llevar un mensaje de experiencia, trabajo y resultados. Se le dio peso al trabajo de tierra y combinado con la presencia del candidato en medios y redes sociales. La campaña de la capital no podía entenderse de otra forma que no fuera de la mano de la candidata a Gobernadora, Maru Campos.