
Nombra Ulises Ruiz a Sofía Castro coordinadora de México Nuevo en Oaxaca
OAXACA, Oax. 14 de agosto de 2025.- Agosto es conocido popularmente como Hongosto, un mes en el que los bosques húmedos de Oaxaca se llenan de hongos silvestres comestibles, apreciados por su valor gastronómico, medicinal y cultural.
México ocupa el segundo lugar mundial, después de China, en diversidad de hongos comestibles, según la UNAM.
En el país existen cerca de 200 mil especies de hongos, de las cuales unas 370 son comestibles y forman parte de recetas tradicionales, desde el ámbito rural hasta la alta cocina.
En Oaxaca, la recolección se concentra en la Sierra Norte, la Mixteca alta y la Sierra Sur, donde comunidades zapotecas y mixtecas han transmitido por generaciones los conocimientos para identificar, recolectar y preparar especies como el hongo de yema, el clavito, la trompeta y la seta silvestre.
Estos hongos no solo son un ingrediente para moles, caldos y guisos, sino que también atraen a visitantes que participan en recorridos micoturísticos y ferias gastronómicas en localidades como Cuajimoloyas y San Antonio Cuajimoloyas, en la Sierra Norte.
Además de su sabor y versatilidad, los hongos aportan proteínas, vitaminas, minerales y antioxidantes que fortalecen el sistema inmunológico.
Su papel ecológico es igualmente relevante: degradan materia orgánica, reciclan nutrientes y mejoran la fertilidad del suelo, beneficiando a bosques y cultivos.
Durante “Hongosto”, comuneros, cocineras tradicionales y guías locales invitan a la población y turistas a acercarse de manera responsable a la recolección, aprendiendo a diferenciar las especies comestibles de las tóxicas y respetando los ecosistemas que hacen posible esta riqueza natural.
En la memoria cultural de Oaxaca también ocupan un lugar especial los hongos alucinógenos que utilizaba la curandera mazateca María Sabina, originaria de Huautla de Jiménez, en la Sierra Mazateca. Sus ceremonias con “niños santos”, como los llamaba, trascendieron fronteras en la década de 1950, atrayendo a investigadores, artistas y buscadores espirituales de todo el mundo. Aunque su uso ceremonial es distinto al gastronómico, forma parte del vasto conocimiento tradicional que vincula a las comunidades oaxaqueñas con el mundo fungi.
Es importante consultar a un experto antes de consumirlos y evitar situaciones que puedan afectar la salud, pues si bien, en agosto la presencia de los hongos es muy amplia, no todos son aptos para el consumo humano.