Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de abril de 2018.- Como cada año, ayer inició el horario de verano, con la desaprobación de un sector gigantesco de la población, que lo rechaza desde que se implementó en México en 1996, más que nada, porque desde entonces no ha sido posible amoldar el reloj biológico y porque causa un sufrimiento severo en la mayoría de las personas, que tienen que resignarse a mal dormir durante más de seis meses.
México no es el único lugar en donde se impone. Hay muchos países europeos, así como otros continentes, en donde igualmente es rechazado y cuestionados sus efectos dizque benignos, pues en todos se esgrime que sirve para ahorrar energía.
Muchas personas preocupadas porque el cuerpo resiente inmediatamente los efectos nocivos, comenzaron a realizar estudios serios, en los dos sentidos: para comprobar que realmente sirva o no para ahorrar energía y para demostrar que las personas resienten severamente.
Muchos sospechan que detrás de la medida existe un trasfondo que no ha sido posible descubrir, pues las instancias del gobierno se han empeñado en dar cifras halagadoras, aunque tampoco se han preocupado por demostrarlas.
El Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica, afirma que de 1996 a 2014 se ahorraron con el horario de verano, 21,807 GWh en consumo de energía eléctrica y que el ahorro económico llegó solo en 2014, a mil 499 millones de pesos, que equivalen a 1.4 millones de barriles de petróleo no consumidos y a emisiones evitadas de dióxido de carbono, por 546 mil toneladas de CO2.
Nadie sabe en qué se ha invertido semejante ahorro. El hecho es que una instancia dedicada a dar seguimiento a los efectos del cambio de horario, creada por el gobierno que impuso dicho horario, lo dice. Igual que cuando el INE decretó que los candidatos independientes a la Presidencia de la República utilizaron trampas para conseguir firmas.
Se trata pues, de organismos del gobierno creados para decir lo que conviene, cuando conviene, porque así conviene. Como la Secretaría de la Función Pública que dirigió Virgilio Andrade, creada para exonerar al Presidente.
La misma instancia asevera que durante 2015, el horario de verano evitó la emisión de 504 mil toneladas de bióxido de carbono, principal contaminante del efecto invernadero. El caso es que dentro de tres días comenzaremos a dejar el carro en casa, porque ya no es posible disminuir la contaminación ambiental y que quienes tienen dinero, ya comenzaron a comprar autos de repuesto.
Estudios serios afirman que los cambios de horario de verano, que se refieren a despertar más temprano, han registrado que las personas nunca ajustan por completo sus ritmos cardiacos, contrario al cambio en otoño, cuando se retrasa el reloj y se gana una hora de sueño.
Otro estudio dice que no solo la cantidad, sino también la calidad del sueño se alteran en verano, con el horario que obliga a adelantar el reloj. Científicos finlandeses analizaron ciclos de descanso en 10 adultos sanos, durante los 10 días siguientes al cambio y el experimento se repitió dos años continuos. Encontraron que el tiempo de sueño se acorto en 60.14 minutos y la eficiencia del sueño se redujo 10 por ciento.
¿Más? Precisamente en 1996, cuando en México se impuso el horario de verano, la revista The New England Journal of Medicine, publicó que éste y la consiguiente pérdida de una hora de sueño provocó el aumento de accidentes de tránsito en aproximadamente 18 por ciento.
Más recientemente, otro estudio señaló que el cambio de horario de verano reducía el tiempo de descanso y provocaba un aumento de accidentes laborales. El mismo trabajo señala que cuando se gana una hora de sueño, no se da el mismo fenómeno y no se registran cambios importantes en la conducta de las personas.
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