“…que le están degollando a su paloma”
● Pasaron 3 días del regalo del Senado al presidente de la SCJN Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, y el silencio a la ampliación de su mandato presidencial se traduce en complicidad.
CIUDAD DE MÉXICO, 19 de abril de 2021.- Pasaron 3 días del regalo del Senado al ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, y el silencio a la ampliación de su mandato presidencial se traduce en complicidad.
Al parecer el ministro cruzó el Rubicón a pesar de las peticiones de rechazo, primero de senadores de la misma tribuna donde se consumó el atraco al Estado de Derecho, y posteriormente reforzado por sus colegas de la Asociación de Magistrados y Jueces (JUFED) en un comunicado signado por Ariel Rojas Caballero.
Aún cuando el golpe al Poder Judicial tiene que pasar por la Cámara de Diputados y salir avante de controversias por la inconstitucional intentona de mantenerlo al frente de la SCJN y del Consejo de la Judicatura hasta noviembre del 2024, la intención queda registrada en la historia de la infamia.
Por el momento el diputado morenista Pablo Gómez dio por muerta la reforma, en consonancia con el coordinador del PAN en San Lázaro Juan Carlos Romero Hicks y bancadas de oposición.
Veo algunas tesis que tratan de suavizar la actuación de Zaldívar, lo señalan como víctima de los intereses de Andrés Manuel López Obrador y de Morena, y no como títere.
Otros aseguran que el presidente de la Corte mide el alto costo moral para alguien que llegó a la cumbre de uno de los tres grandes poderes del país, y que hará una salida honorable y patriótica.
Esta postura implica enfrentar a López Obrador quien el miércoles en Palacio Nacional bailó la danza de la victoria al dejar en claro la confianza que deposita en Zaldívar, además de ser la pieza necesaria para limpiar a ese poder que insistentemente el Presidente ha señalado como corrupto y profundamente nepotista.
El ministro debe estar concentrado en calcular los costos y beneficios de la aceptación o el rechazo. Echar abajo la intención del Ejecutivo requiere de estrategia de control de daños, en cambio, aceptar el ofrecimiento lo volverá el blanco de la opinión pública, de partidos de oposición, de ONG´s y organismos internacionales.
Aún así la trampa tiene costos inmediatos, y a mediano plazo una vez que se destape la reelección de Andrés Manuel en el 2024. Ahí Zaldívar se consumará como el villano al que habrá que cargar la artillería contra el traidor: el mallete que aniquiló a la democracia.
En la última mañanera de la semana López Obrador apostó a la indolencia de la gran mayoría concentrada en sus problemas inmediatos, pero también inmersos en lo que el aclamado filósofo coreano avecindado en Berlín, Byung-Chul Han, llama “La sociedad paliativa”, en un libro que será publicado el martes 20 de abril.
En un adelanto en publicaciones alemanas, Han dice “En la sociedad del ‘Like’ tenemos miedo al sufrimiento”, y no cabe duda que el golpismo contra los organismos y poderes autónomos en México produce un gran temor, y la indiferencia es la respuesta al miedo al sufrimiento.
En un libro anterior de Chul Han “La sociedad del cansancio” hace una brillante explicación de la enajenación de esta generación por el rendimiento, donde no necesitamos un explotador, nos explotamos nosotros mismos como nunca.
Pero en “La sociedad paliativa” toca las fibras sensibles que explican la indolencia como miedo al sufrimiento: En lugar de discutir y luchar por alcanzar argumentos mejores, uno cede a la presión del sistema. Se está propagando y asentando una posdemocracia que es una democracia paliativa
La política paliativa no tiene el valor de enfrentarse al dolor. De esta manera, todo es una mera continuación de lo mismo.
Vivimos en una sociedad de la positividad que trata de librarse de toda forma de negatividad. El dolor es la negatividad por excelencia. Incluso la psicología obedece a este cambio de paradigma y pasa de la psicología negativa como “psicología del sufrimiento” a una “psicología positiva” que se ocupa del bienestar, la felicidad y el optimismo.
Hay que evitar los pensamientos negativos y reemplazarlos sin demora por ideas positivas.
Un sinnúmero de personas me han preguntado: “¿La gente no se está dando cuenta lo que nos está pasando?”, yo creo que aún estamos en un periodo de negación de la realidad, a pesar de los datos duros sobre el fracaso de la Cuarta Transformación, sin desestimar que ese desinterés que nos caracteriza como ciudadanos ha provocado grandes distancias en los estratos sociales, sobre todo con la gran mayoría en pobreza y extrema.
Tampoco hemos asumido a conciencia que en esa desigualdad infame tenemos parte de responsabilidad, y la ‘cultura de la tiranía del mérito’, como dice el filósofo norteamericano Michael Sandel, hace sentir a los más pobres totalmente fracasados y pisoteados.
Un caldo de cultivo para el avance del autoritarismo, la megalomanía y el populismo reaccionario que tiene muy claro su objetivo: erigirse en el Poder de los Poderes, como salvador del pueblo.
Una fórmula segura para el fracaso de los fracasos.
Los espero este martes a las 3:30 en RadioFormula y Teleformula en el programa de Eduardo Ruiz-Healy
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