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CIUDAD DE MÉXICO, 28 de enero de 2021.- El lunes 25 de enero, presenté ante la Comisión Organizadora Electoral del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, mi solicitud de registro como pre candidato a Diputado Federal por el Distrito 10 con cabecera en San Pedro Cholula. Es un distrito conurbado a la capital, que abarca los municipios de San Andrés Cholula, Cuautlancingo, Coronango, Juan C. Bonilla, San Gregorio Atzompa y San Jerónimo Tecuanipan.
A mis 57 años, es un nuevo reto en mi vida política que empezó hace 39 años que solicité mi afiliación al partido.
Recuerdo muy bien que cuando pocos querían ser candidatos, el partido me pidió jugar una candidatura de “sacrificio” a diputado local en el lejano 1986 y en el lejano Distrito Electoral Local de Zacapoaxtla.
Años después, el PAN me dio la gran oportunidad de ser diputado federal en 1991, en una histórica legislatura en donde conocí, a mis 27 años, a grandes políticos, hombres y mujeres que desde diferentes partidos tratábamos de reinstalar la normalidad parlamentaria y democrática después de las tan cuestionadas elecciones de 1988.
En esa Legislatura, en la segunda mitad del sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari, se promovieron grandes reformas constitucionales y legales que aún ahora, son un referente legislativo.
Posteriormente fui diputado local en la 54 Legislatura del Congreso del Estado de Puebla y en 2006, ganamos las elecciones constitucionales, y tuve el altísimo honor de ser Senador de la República hasta el 2012.
Esa es la experiencia legislativa que pongo a disposición de mi partido para ser tomada en cuenta en el momento que se tome la decisión final por parte de la Comisión Permanente Nacional.
Quiero ser diputado federal porque considero que el momento político que estamos viviendo en el país, requiere de responsabilidad y experiencia en el desempeño legislativo y parlamentario.
Debemos construir una mayoría diferente en la Cámara de Diputados para generar un contrapeso institucional al poder que ha adquirido el Presidente de la República y que le ha permitido tomar decisiones que no parecen coincidir con la realidad que estamos viviendo. Un contrapeso institucional derivado del resultado electoral del próximo 6 de junio.
Creo firmemente que un diputado federal debe conciliar, al menos, estas características: Que sea un buen parlamentario, es decir, que defienda con pasión y responsabilidad las posiciones que presente su grupo parlamentario en la más alta tribuna de la nación.
Un buen legislador, es decir, un diputado que sepa hacer leyes y proponer las reformas constitucionales adecuadas y necesarias para el país.
Un buen fiscalizador, es decir, un diputado que revise en que se gasta el gobierno federal los recursos que la propia Cámara le ha asignado.
Un buen negociador, es decir, un diputado que promueva la búsqueda de los consensos y los acuerdos políticos necesarios en esta relación de poderes y de diferentes grupos parlamentarios.
Un buen gestor, es decir, un diputado que promueva que sus municipios tengan recursos adicionales para poder llevar bienestar y desarrollo a sus habitantes.
En resumen, un diputado federal comprometido con la democracia y con el fortalecimiento del poder legislativo. Estoy preparado y digo presente. Espero la decisión de mi partido y en su caso, la campaña electoral.
*Es Politólogo y Maestro en Negociación por la Universidad Carlos III de Madrid, España
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