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OAXACA, Oax., 4 de diciembre de 2019.- El Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) inaugurará este viernes 6 de diciembre la exposición La Sombra del Tiempo, de José Villalobos.
La inauguración se realizará a las 6 de la tarde en las instalaciones del IAGO en Macedonio Alcalá 507, colonia Centro.
A continuación el texto de sala, por parte de Guillermo Santos:
La sombra del tiempo reúne un conjunto de obra gráfica que José Villalobos fue realizando a través de los años. Más que una retrospectiva, se trata de un conjunto de trabajos que pudiera equipararse a una colección de vestigios, de fragmentos, de elementos encontrados o fabricados por sus propias manos. De aquello que escapa al desgaste del tiempo. Lo que podría perdurar y convertirse en memoria, frente a aquello que, poco a poco, va extinguiéndose.
Como sucede también con la pintura de José Villalobos (Ixtepec, Oaxaca, 1950), las capas de lo memorial van quedando atrapadas, van testimoniando el paso de la luz y la oscuridad, los trabajos y los días. Como si el tiempo fuese también un muro. Un muro en el que, poco a poco, la vida humana, la naturaleza, las ideas y los recuerdos se fuesen proyectando a través de mensajes, estelas, brumas, líneas, círculos, horizontes. Todos estos elementos podrían, al final, encontrarse en un mismo objeto, y cada capa dejaría ver lo que hay detrás de sí. Como si la realidad fuese mudando de piel y entendiéramos que lo lejano y lo cercano están muy cerca.
Sin duda, en la obra de José Villalobos existe una entonación poética. Sus creaciones, constantemente evocativas, nos indican que no es necesario dar explicaciones acerca de ninguna obra. Sino que cada una vale por sí misma; en cada grabado u óleo encontramos cierto ideal de autorrealización, es decir, la noción de cumplir con su propio ser. Cada pieza ha dicho algo, y agregar otra cosa sería como romper con un orden secreto.
Villalobos buscar atrapar lo inasible, de dar cuenta del silencio, la luz, ciertos recuerdos o jornadas, la soledad. Y los trazos, las líneas y las pinceladas pueden deparar al espectador un encuentro consigo mismo, pues su obra interioriza la mirada. Los gestos, las efectos visuales, la percepción lumínica, los trazos, van creando una obra de gran sensorialidad.
Encontramos en La sombra del tiempo un perfil del quehacer creativo de José Villalobos. De cómo el transcurso del tiempo físico transforma nuestra concepción del tiempo interior y viceversa. A Villalobos parece no interesarle la geometría perfecta imaginada por el hombre sino la aún más perfecta falta de exactitud que a veces habita en la naturaleza, y de ese diálogo entre lo perfecto y aquello que no lo es, podría nacer parte de su obra, del intento de atrapar, con un solo gesto, la belleza de las cosas y dejar que esa belleza nos envuelva.