Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
OAXACA, Oax., 14 de enero de 2018.- Dos hechos de esta semana que concluyó debo comentarles. El primero, el alarmante incremento en el costo de los productos de la llamada canasta básica que aumentó hasta 20 por ciento durante los primeros días de este 2018, en comparación con el cierre de 2017.
Esto se debe, de acuerdo a dos líderes del sector agrícola nacional, entre otras cosas, al alto costo de fertilizantes, combustible y semillas, así como a las especulaciones en los mercados por las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y variables como la paridad con el dólar.
Según cálculos de la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas y de la Central de organizaciones Campesinas y Populares, el maíz, frijol, arroz, tomate, sandía, melón, chile y trigo además del huevo y pan seguirán en aumento. La verdad es que el régimen que gobierna en el país carece de una política agraria que ayude y fortalezca a nuestros productores.
Además de que los programas que la Secretaría del ramo dispone, tales como PROCAMPO, entre otros, solo son utilizados para controlar y generar de votos.
El abandono al campo por parte del gobierno ha provocado que importemos los insumos necesarios para la producción agrícola como semillas, fertilizantes, agroquímicos y combustibles.
Debido a eso y a que esos productos tienen su origen en el vecino país del norte, se vuelven problemas que generan aumentos constantes y además que esto provoque la importación de alimentos como el caso del arroz que se hace en un 70% de lo que se consume, por lo que también está sujeto a la variación del precio del dólar y los mercados internacionales.
Está claro que en un sistema desigual como al que se enfrentan nuestros productores la política alimentaria del país es contradictoria, pues los productores compiten en un mercado de libre comercio, pero para las grandes empresas sí hay garantías de precios.
Además de que la definición de los precios no debe ser una medida política o electoral, ya que debe ser un precio accesible para el consumidor, pero a la vez, un pago justo para los productores y reducir los márgenes para los grandes acaparadores de tierra o producción, ya que son los únicos que se ven beneficiados con grandes incentivos.
A lo anterior hay que agregar que el peso presentará escenarios volátiles, lo desigual del ingreso per cápita en el país porque el mayor crecimiento del ingreso en las entidades más desarrolladas, en contraste con aquellas que se han rezagado, genera desigualdades y crecimientos dispares en el territorio nacional porque hay estados que presentan un producto interno bruto mayor que otras.
Por ejemplo, mientras Querétaro creció 3.0% en su producto interno bruto, Chiapas y Tlaxcala se contrajeron al 0.3%, esto de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y del Consejo Nacional de Población (CONAPO).
Según los analistas, pese a un sólido arranque en los primeros cuatro días de 2018, durante el primer trimestre de este año el peso navegará en las aguas de la volatilidad, motivado por la incertidumbre a nivel global y local, por lo que no recuperaría posiciones frente al dólar, e incluso podría superar la barrera de los 20 pesos en algunos momentos.
Dicha fortaleza del peso es aparente, ya que se debe a un debilitamiento generalizado del dólar estadunidense.
Esto se comprobará y lo veremos cuando el 23 de enero se reinicien las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte debido a que, en esta ronda podrían verse avances y un lenguaje menos agresivo por parte de Estados Unidos, las presiones contra el peso serían menores, aunque podría cotizar entre 19.50 y 20 pesos por dólar, con relativa estabilidad según cálculos de especialistas.
A todo eso se enfrenta nuestro campo mexicano y por ello es que nuestra mesa tendrá cada vez menos productos alimenticios para la familia.
Otro hecho de importancia tiene que ver con las ya muy encaminadas campañas, resulta que, en Venezuela aparecieron bardas pintadas apoyando al candidato del partido MORENA.
A estos acontecimientos prestos, venezolanos y mexicanos se deslindaron y, acusaron a la derecha venezolana y al gobierno mexicano de generar una cortina de humo para contaminar el proceso electoral y agredir al candidato de dicho partido.
Hay quienes dicen que la izquierda solo tiene un candidato en el actual proceso electoral (me reservo el derecho acerca del debate de esa caracterización) pero, los hechos de las bardas en Venezuela, con solo ese deslinde, ese candidato evidencia su verdadera posición y rompe con dos principios más de la izquierda, los que se refieren a la solidaridad y al internacionalismo.
Lástima. ¿Que diría el Comandante Ernesto Guevara de la Serna de esta negación o llamado ahora pomposamente “deslinde”? creo que nada, simplemente diría que: “Tal vez en el lenguaje de la política entreguista, esto se llame táctica; en el lenguaje revolucionario, esto, señores, se llama abyeción, con todas las letras”.
Para el caso resulta útil dar un repaso al discurso del “Che” en su calidad de representante de la República de Cuba ante la 19 Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, el once de diciembre de mil novecientos sesenta y cuatro y de oportunidad la intervención que hizo el propio Comandante en derecho de réplica en esa misma asamblea.
Una cosa es cierta, desde que en el 2000, para ese proceso electoral inventaron el voto útil, se rompió con toda posición e identificación ideológica en las contiendas electorales, beneficiando así a quienes en política confunden esta profesión con la participación en procesos electorales, cosas totalmente distintas.
De este argumento y confusión en Oaxaca hay ejemplos muy notables del uso y abuso. Reflexiones que sólo son fundamentos.