El reto de la economía: la desigualdad
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de octubre de 2019.- Hoy debería comenzar la campaña nacional de vacunación contra la influenza y no ha habido información sobre el tema.
Se desconocen las razones por la que no se ha informado a la población acerca de dónde vacunarse y quiénes deben hacerlo.
Esperemos que con eso de los ahorros en medicinas y pesticidas, la secretaría de Salud no haya olvidado comprar las vacunas contra la influenza.
No es por alarmismo este comentario, sino porque las autoridades ya han dado muestras suficientes de que en los temas de salud no son competentes.
Quisieron ahorrar en medicamentos contra el cáncer, se dejó de comprar metatrexato porque, según dijeron, el laboratorio que los vendía en México cobraba muy caro gracias a su condición monopólica.
Se dejó de dar quimioterapias a falta del insumo no comprado para castigar al laboratorio, y los castigados fueron los pacientes, entre ellos niños.
Tampoco hubo tal ahorro, ya que lo mandaron comprar a Europa y lo que se pagó de menos fueron 17 mil pesos.
A lo anterior hay que añadir el pago de viajes para comprarlo, costo de envíos y demás erogaciones propias de una compra en el extranjero cuando el medicamento estaba aquí.
También se quisieron ahorrar unos pesos en la compra de plaguicidas para el dengue, y el resultado es que los casos se elevaron en 258 por ciento –con datos de mediados de septiembre publicados en El Financiero- y 266 por ciento según el último corte publicado en la página de la secretaría de Salud.
Lo principal es la cantidad de gente que se ha visto contagiada por el mosquito (18 mil casos hasta ahora) que produce hemorragias y fuertes dolores.
En carácter de graves, se encuentran cinco mil 140 personas, que vomitan sangre.
De acuerdo con los datos actualizados (publicados ayer en Reforma), en el país los casos de dengue pasaron de cinco mil diez el año pasado, a 18 mil 320 en lo que va de 2019.
¿Por qué se les disparó de esa manera el dengue hemorrágico?
Porque no compraron los plaguicidas a tiempo ni informaron de los riesgos para la población en la época de mayor incidencia.
Y como ahorro salió caro: hay siete mil 275 enfermos no graves que se encuentran internados en los hospitales de la secretaría de Salud, dos mil 585 en el IMSS, y alrededor de 500 en el ISSSTE.
Igual cosa hicieron con las vacunas contra la rubeola y el sarampión. No las compraron a tiempo y a cambio la población sólo recibió excusas.
Cerraron el Seguro Popular con el enorme argumento de que “no es seguro ni es popular”, y a cambio no han establecido absolutamente nada nuevo.
Son millones de mexicanos los que se atendían gracias al Seguro Popular, y ahora deben estar tocando madera para no enfermarse y a la espera de que se haga realidad la promesa de un sustituto a ese servicio.
Hoy debe iniciar la campaña de vacunación contra la influenza y no sabemos nada de cómo las autoridades de salud han programado esta tarea, si es que la tienen en el radar.
De lo que sí estamos seguros es que se trata de un tema de la más alta importancia para la salud en México.
En la temporada 2018-19 (hasta el 14 de marzo de este año) se contabilizaron cinco mil 900 casos y 676 defunciones.
Tuvimos la ventaja de que las vacunas se compraron a tiempo y en cantidad suficiente, además de que hubo una campaña de información previa.
En esta ocasión no ha habido información sobre la necesidad de vacunarse y quiénes deben hacerlo, y tampoco tenemos noticias de dónde son los lugares para hacerlo.
Confiemos en que esta vez sí hayan comprado vacunas y a partir de hoy comiencen a aplicarse. Veremos.