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OAXACA, Oax. 4 de septiembre de 2021.- A Susana Carrasquedo Morales la atropellaron el 18 de marzo de 2021.
Su vida cambió totalmente a partir de entonces. Perdió una pierna en el accidente y no ha podido conseguir una prótesis.
Pero no solo ha sufrido físicamente la pérdida de una extremidad.
También la injusticia en contra de ella donde han participado casi todas las autoridades involucradas.
La policía municipal, que acudió al lugar del accidente, no detuvo al autor material, a pesar de estar ahí.
Quien la atropelló, Víctor Manuel Mayar López, está plenamente identificado, pero no lo detuvieron.
La artesana, originaria de Ciudad Ixtepec, contó que aunque al ser atropellada le amputaron una pierna derivado de las lesiones, el certificado médico que expidieron dice que sus lesiones no tardan en sanar más de 15 días.
La empresa Conservation Internacional México, AC, propietaria de la camioneta que conducía Víctor Manuel Mayar López, le está pidiendo una reparación del daño, por 58 mil 500 pesos a Susana Carrasquedo.
“La Fiscalía me tiene como imputada cuando yo soy la víctima”, dice en un video difundido por el grupo de mujeres 8 de marzo, que coordina Rogelia González Luis, en Juchitán de Zaragoza.
Aunque este colectivo ha buscado el respaldo jurídico, las condiciones no han cambiado, y le exigen un pago por 500 mil pesos, ya que supuestamente, ella le causó un daño al vehículo.
Es más, el personal de la Fiscalía le pidió presentar un peritaje en cinco días, situación que técnica y económicamente, es prácticamente imposible.
El grupo 8 de marzo está pidiendo la intervención del gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat; de su esposa, Ivette Morán, y por supuesto, del Fiscal, para evitar que incurran en una doble injusticia.
La empresa le está solicitando 58 mil 500 pesos como supuesta reparación del daño, cuando es la empresa quien debe reparar el daño y otorgar el pago a la víctima, pues ella fue a quien atropellaron y quien perdió una pierna.
El autor material, Víctor Manuel Mayar López, ni siquiera está señalado como responsable y la empresa, lejos de responder por el accidente, está culpando a la artesana, quien tiene dificultades para realizar su trabajo con el que normalmente se mantenía.