Llora, el país amado…
¡Sí: AMLO cumplió y hundió a Pemex!
En días pasados, durante la comparecencia del director de Pemex ante el Congreso mexicano, “la nota” que recorrió el mundo financiero globales fue la quiebra de Pemex.
Y es que los argumentos de Octavio Romero Oropeza no convencieron a nadie, mientras que los datos duros sobre la caída de la producción, la quiebra de las finanzas de Pemex y, sobre todo su “deuda basura”, ratifican que en la primera mitad de su gobierno, López Obrador cumplió su palabra.
¿Cumplió su palabra?
Sí, al final de cuentas y en sólo tres años, AMLO cumplió lo que en 2007 había prometido: “hundir a Pemex”.
Peor, la petrolera antaño motor del desarrollo hoy no sólo está en ruinas sino que arrastra a todo el país a la quiebra, a causa de errores como tirar el dinero público en rescatar Pemex, en la construcción de la Refinería Dos Bocas y en la compra de la chatarra Texas Dear Park.
Todo ello a pesar de que el presidente mexicano prometió en campaña que rescataría Pemex y que bajaría el precio de las gasolinas.
La realidad es que en todos los casos mintió y dejó en manos inexpertas –por decir lo menos–, a la más importante empresa productiva del Estado y que se mantiene en pie gracias al incremento temporal en el precio del crudo.
Lo cierto es que la quiebra de Pemex pasará a la historia como la única promesa cumplida por López Obrador.
Sí, porque hace poco más de 14 años, en el Itinerario Político del 28 de mayo de 2007 –titulado: “¡Que se hunda Pemex!” –, dimos cuenta de una pelea entre el entonces dirigente del PRD, Obrador, y senadores de su partido.
Era el primer año del gobierno de Felipe Calderón y el panista se había propuesto rescatar Petróleos Mexicanos, lo que fue aprovechado por los perredistas que vieron una oportunidad para su causa.
Sin embargo, López se negó de manera rotunda dijo que no haría nada que ayudara “al espurio” Calderón y, locuaz, sentenció: “¡Si tenemos que hundir Pemex, que se hunda, pero no haremos nada que ayude al espurio!”.
Luego de 14 años y seis meses, Obrador cumplió su promesa y Pemex está hundido, junto con el país.
Por eso, a continuación un resumen del Itinerario Político de aquel 28 de mayo de 2007, para que cada quien y cada cual, realice su juicio.
“A las seis de la tarde de cada lunes, en la que fue “casa de campaña” de AMLO, se reúnen en torno al líder una veintena de políticos; jefes del PRD, además de senadores y diputados federales, encargados del “gobierno legítimo” y los infaltables Manuel Camacho y Porfirio Muñoz Ledo.
“Uno de esos lunes, (en mayo de 2007 y primer año del gobierno de Calderón) llegó a la mesa el tema de la crisis de Pemex.
“Uno de los senadores asistentes explicó el trabajo legislativo que, sobre la materia, realizaba el PRD.
“De manera intempestiva Obrador intervino para cancelar la reunión y pidió que se quedaran sólo los senadores que hablaban de Pemex.
“Apenas cerró la puerta del despacho y López Obrador estalló furioso: “¡Qué les pasa… trabajan para “el espurio” o para el movimiento””?
“Los senadores le habían explicado que estaba terminada una propuesta de reforma para fortalecer las finanzas de Pemex, para reorganizar su estructura, su relación con el sindicato y su papel en el mundo. Y, lo más importante, para salvar a la paraestatal de la quiebra.
“En el proyecto estaba de acuerdo el PRI, además de que la reforma incluía una buena parte de las propuestas de campaña de AMLO.
“¡No, no… no se metan con Pemex, ese es mi tema! A Pemex lo vamos a arreglar cuando lleguemos a la Presidencia”, estalló agitado López Obrador.
“Pero en el otro extremo no todos se quedaron callados. Los senadores Carlos Navarrete y Graco Ramírez argumentaron sobre la urgencia de rescatar
Pemex, la posibilidad de “jalar” al PAN y arrebatarle a Calderón “la joya de la corona”, además de romper el binomio PRI-PAN en el Congreso.
“La discusión subió de tono. A gritos, Obrador insistía: “¡no, no, no, nada que fortalezca al espurio!”, mientras que los senadores defendían que la reforma fortalecería a Pemex, al PRD y a su movimiento.
“¡No, Andrés, no podemos permitir que se hunda Pemex… por el bien del país, por el bien de todos!”, dijo también a gritos Navarrete, en abierto reto al “presidente legítimo”.
“Pero la respuesta de Obrador dejó fríos a todos.
“¡No me importa que se hunda Pemex… si se tiene que hundir, que se hunda… si tenemos que incendiar pozos, los incendiamos… pero no vamos a hacer nada que fortalezca al espurio…!
“Ya en la calle, alguno de los asistentes al ríspido encuentro soltó: “¡Andrés ya perdió la razón…!”. (Fin de la cita)
Y por eso hoy preguntamos: ¿Tienen alguna duda de que López Obrador cumple su palabra?
Sí, ya destruyó Pemex y avanza en la destrucción del país entero.
Al tiempo.