Economía en sentido contrario: Banamex
Algunos lo llaman “suicidio político”.
Otros dicen que es el mejor “autorretrato” de su gobierno.
Y los más optimistas creen que se trata de “una simpática parodia” –un montaje–, preparada desde el mismísimo poder presidencial.
Claro, chiste que bien se puede contar sola.
Y es que el escándalo de corrupción de la familia presidencial -que tiene fuera de sí a López Obrador-, pudiera pasar como un montaje de Palacio para entregarle potentes armas a los mexicanos contra el dictador.
Es decir, que ante los errores cometidos por los estrategas de la familia presidencial –en respuesta a presuntas corruptelas–, seríamos testigos de la exhibición pública del manual de Obrador para derrocar al gobierno de López.
Un presidente que, en cualquier caso, debe irse de inmediato frente al tamaño de los ridículos, los escándalos, las ilegalidades y desatinos.
Y si el escándalo de las casas de Houston no es una parodia del propio gobierno “lopista”, entonces se trata de un “suicidio político”; suicidio que sin duda se cometió por la magistral estulticia de Palacio.
Pero vamos por partes.
1.- Todos saben —porque es un escándalo global–, que el pasado 27 de enero la organización mexicanos Contra la Corrupción y Latinus, revelaron que entre 2019 y 2020, el primogénito del presidente mexicano y su esposa habrían vivido en sendas mansiones ubicadas en exclusivas zona de Houston, Texas, con todos los lujos imaginables.
2.- El golpazo pegó justo en el alma y el corazón del gobierno de López; en su presunta superioridad moral y en la supuesta honestidad y medianía.
Dicho de otro modo, resulta que “el misil de Houston” confirmó lo que muchos dijimos por mucho tiempo; que la prole y la claque de AMLO no son honestos, ni distintos; en realidad los peores ladrones de la historia y son peores que todos los gobiernos anteriores.
Por eso el enojo demencial y dictatorial de un López que está fuera de todo control a causa de la desnudez de su mentirosa honestidad, la de su prole y su claque.
3.- Y es que el obús de las casas de Houston “perforó el casco” de esa poderosa nave llamada “4-T” y arruinó “todo el sistema de flotación” de un gobierno edificado sobre una montaña de mentiras y engaños.
En realidad el escándalo de “las casonas de bienestar” exhibió a la verdadera pandilla de ladrones y ambiciosos sin límite, sin pudor y sin moral; pero que tampoco tienen capacidad de respuesta a la crisis que los aplasta.
4.- Por eso, desde el 31 de enero y hasta ayer –14 de febrero–, el propio presidente mexicano se ha encargado de hacer frente a lo que ya es la mayor crisis de su gobierno, al tiempo que se olvidó de que es presidente y se puso el uniforme del “jefe de la pandilla” que defiende a los ladrones.
5.- Así, primero dijo que no encontrarían nada irregular en su familia y en su primogénito, al tiempo que crecían las evidencias de un inocultable conflicto de interés entre José Ramón López Beltrán y su esposa, Carolyn Adams, con la empresa petrolera Baker Hughes, a quien Pemex entregó extensiones de contratos por cientos de millones de dólares
6.- Pero al tiempo que el presidente mexicano negaba todo conflicto de interés, el mundo conocía los lujos de las mansiones donde había vivido y aún vive el hijo de AMLO, quien durante décadas y hasta enero del 2022 no había reportado empleo alguno.
7.- “¿Quién pompo”, se preguntaban los mexicanos y el mundo sobre las casonas del “aspiracionista” hijo de López.
Y la respuesta fue un grosero montaje ordenado desde Palacio, al tiempo que el dictador Obrador organizó su propio espectáculo, el de revelar los supuestos ingresos millonarios de Carlos Loret.
8.- Al final apareció el dictador López Obrador, quien primero exigió al periodista Carlos Loret revelar sus ingresos; quien desde Palacio se inventó un montaje para desacreditar a Loret con una supuesta nómina inventada que lo único que consiguió fue “coagular” a la opinión pública en torno al propietario de Latinus y en contra del AMLO.
9.- Luego vino lo que en Palacio fraguaron como “El Golpe Final”.
Otro montaje que justificaba no la riqueza la “primera nuera” de México, sino la repentina habilidad laboral del hijo prodigio de Obrador.
Resulta que el domingo 13 de febrero del 2022, el hijo del presidente mexicano difundió en redes que era empleado de la empresa inmobiliaria “Kei Partners”, en donde supuestamente se desempeñaba como asesor, a partir de su profesión como abogado.
Pero hete aquí que los maldosos de redes descubrieron que la página de tal empresa fue creada horas antes, que no es más que una “página pantalla”, sin actividad y sin redes sociales y que el hijo del mandatario mexicano no tiene registrado su título profesional en Estados Unidos.
Además, los propietarios de la empresa “KEI Partners” son los hijos del empresario Daniel Chávez, principal operador del Tren Maya, lo que significa otro conflicto de interés; conflicto que, por cierto pretendió desmentir el propio presidente, en “la mañanera” del 14 de febrero.
Dijo el presidente que Daniel Chávez trabajó de manera gratuita para supervisar el Tren Maya. ¿Algún idiota puede creer eso?
10.- Pero la joya de la estulticia es que la familia Chávez –amigos del presidente mexicano–, aparecen con presuntos vínculos con “huachicoleros” mexicanos y en sus negocios habrían incluido la franquicia de los “Chocolates Rocío”, el negocio de la prole de AMLO.
Al final, y gracias a las raterías y los montajes de Palacio, López Obrador sepulta su presidencia, prende fuego a la “4-T” y destruye la mitología de que el suyo es un gobierno del cambio.
Terminó por ser el gobierno de la mayor pandilla de mentirosos, ladrones y criminales de la historia.
Al tiempo.