El alarido de la libertad
Mentiras de alto nivel
Dice el refranero popular: “el que no quiera ver fantasmas, que no salgas de noche”.
Sin embargo, la larga noche del México de López Obrador no admite vigilias y menos trasnochados.
Peor aún, hoy hasta se podría actualizar el refrán citado: “el que no quiera ver fantasmas, que no le creas al presidente mexicano”.
¿Por qué?
Porque está a la vista de todos que se trata de un mandatario que ha rebasado todos los límites imaginables de mentir y engañar.
Sí, el mexicano Obrador ha formulado por lo menos 80 mil mentiras en sólo 40 meses de gobierno, lo que significa todo un récord global; una marca que, como ya se dijo, lo convierte en el campeón mundial de mentir.
Por eso, no sólo resulta curioso sino obligado preguntar: ¿quién está mintiendo, entre el mexicano López Obrador y en enviado especial de la Casa Blanca, John Kerry?
Y es que el Enviado Especial del gobierno de Biden Para el Clima dijo una cosa –sobre la regresiva Reforma Eléctrica de López Obrador–, mientras que el mandatario mexicano expresó totalmente lo contrario.
No solo queda claro que una de las partes miente sino que, en el fondo, asistimos no a un “encuentro de alto nivel” entre México y Estados Unidos sino a una competencia “de mentiras de alto nivel”.
Por ejemplo, luego del encuentro con el presidente mexicano, el norteamericano Kerry dijo que el intercambio había sido cordial y que las partes acordaron la creación de un “grupo especial” para vigilar el desempeño y la conclusión de la Reforma Eléctrica, que AMLO mandó al Congreso de nuestro país.
Sin embargo, López Obrador ofreció una versión totalmente contraria y aseguró que a su enmienda eléctrica no se le moverá una coma y que él nunca avaló la creación de tal grupo especial.
Por eso aparecen de inmediato las interrogantes: ¿Quién, entre López y Kerry está mintiendo? ¿Por qué y para qué el engaño y la mentira? ¿Qué ocultan las partes? ¿Qué esconde el presidente mexicano?
Pero si acudimos al antecedente mentiroso de AMLO, podemos concluir que, en este caso, el mitómano se llama López Obrador.
Pero vamos por partes.
Como saben, el jueves 31 de marzo, durante cuatro horas se reunieron el presidente mexicano y parte de su gabinete, con el Enviado de Estados Unidos para el Clima, John Kerry, a quien acompañaron, el embajador Ken Salazar y representantes de distintas empresas energéticas y financieras de aquel país que tienen inversiones en México.
Al salir del encuentro, Kerry dijo que acordaron “un conjunto de principios que tenemos la esperanza de que serán incorporados en la reforma de energía” y explicó que el embajador Salazar y su equipo de trabajo estarán muy de cerca en el proceso legislativo para impedir que la Reforma Energética de López Obrador viole el Tratado de Libre Comercio, T-MEC.
Además, advirtió que tal y como está planteada la enmienda eléctrica del gobierno de México, es violatoria de los acuerdos comerciales y, sobre todo, limitará severamente la inversión.
Por tanto sentenció: “habrá una clara respuesta de Washington en el ámbito comercial”, de no modificar la iniciativa.
Horas después, en su mañanera del viernes 1 de abril, el Mexicano López dijo todo lo contrario.
No negó que en el encuentro se propuso la creación de un grupo de vigilancia de la reforma, pero dijo que él, en su calidad de presidente de México, nunca avaló tal grupo de trabajo.
Incluso, en el tono “ñoño” y nada diplomático que le caracteriza, dijo que él se quedó callado. Olvida que en diplomacia “el que calla otorga”.
Peor aún, en esa misma “mañanera” –en la que por cierto se descubrió el montaje impúdico en que se han convertido las conferencias matutinas de AMLO–, López dijo que su reforma será discutida tal cual y que no se le quitará una sola coma, lo que contradice por completo la versión del norteamericano Kerry.
Y frente a esa peligrosa paradoja, volvemos a las preguntas.
¿A qué está jugando López Obrador, cuando miente a los mexicanos y engaña no solo a los enviados de la Casa Blanca sino a inversores extranjeros?
Lo cierto es que día a día queda más claro que el mexicano es un presidente poco o nada confiable ya que, así como un día dice una cosa, al día contrario dice otra.
Sin embargo, la postura mentirosa y engañosa de López Obrador en el caso de la Reforma Eléctrica, en realidad avala la teoría expuesta aquí desde que se anunció la enmienda energética.
Avala, por ejemplo, que la Reforma nació muerta, ya que no fue procesada en la primera mitad del gobierno, cuando el partido oficial, Morena, tenía mayoría en el Congreso.
Avala la teoría de que al empujarla con todo, cuando Morena no tiene mayoría en el Congreso, en realidad asistimos al funeral anunciado y preparado desde Palacio y que busca el martirologio del presidente mexicano.
Al final, como ya se dijo aquí en repetidas ocasiones, López Obrador se cobijará en el discurso patriotero de que él propuso una Reforma nacionalista que, en el último tramo, fue rechazada por las presiones imperialistas.
El juego de “engañar con la verdad”, ya que la verdad es que la Reforma Eléctrica fue enviada al despeñadero por órdenes de Palacio.
Al tiempo.