Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
La democracia está en juego en la organización de la IX Cumbre de las Américas, desde el momento en que hay intervencionismo en los estados americanos, miembros además, de la Organización de Naciones Unidas (ONU). La Organización de Estados Americanos (OEA), no ha contado para nada. El gobierno de Estados Unidos encabezado por Joe Biden, está haciendo una intervención abierta en algunos de los países que integran el continente, violando los principios de no intervención en la vida interna de cada nación, para imponer desde la cúpula de la organización, quienes deben ir a su cumbre. La propia ONU que si tiene el derecho de intervenir cuando se vulneren los principios del derecho internacional sobre el respeto a la vida interna de los países, se ha quedado callada. Lo que ha trascendido en estos días, es la figura de un anciano gobernante que pretende decidir por un continente de alrededor de 1002 millones de habitantes, lo mismo que está haciendo en otros países con el caso Ucrania. El amo que decide y da las órdenes. Triste programa espera a los que asistan a la cumbre en esas condiciones.
EN ACTITUD OPROBIOSA, BIDEN PRETENDE INVITAR A JUAN GUAIDÓ A LA CUMBRE
En el zangoloteo que viven los prolegómenos de la cumbre, Biden ha llegado al extremo de la ofensa, de querer invitar a Juan Guaido títere impuesto por Donald Trump como un absurdo presidente de Venezuela, según ambos por presuntas elecciones fraudulentas de parte de Nicolás Maduro. Al respecto, el Centro Carter ha mencionado avances en el desarrollo de comicios venezolanos y si bien mantiene una posición crítica no declara fraudes. No hay que olvidar que en el propio Estados Unidos la mención de fraudes son la orden del día al final de los comicios presidenciales que realiza ese país, en el que las grandes mayorías votan pero no cuentan al final, cuando el colegio electoral decide los triunfos. En esos ámbitos recientes, el Partido Demócrata cuestionó las elecciones en las que ganó Trump, por una presunta intervención de Rusia en su triunfo y el mismo Trump estuvo señalando un gran fraude en las elecciones del 2020, que definieron el triunfo a favor de Biden. La complejidad de lo que se juega en unos comicios, deja limpios a muy pocos de ellos y los gringos no son la excepción por más que se hayan adueñado de la palabra democracia.
AMLO NO PUEDE PRESTARSE AL JUEGO DE BIDEN SI ÉSTE CENSURA GOBIERNOS
La decisión de AMLO de no asistir a la cumbre si no están incluidos los 36 países del continente americano, ha sido tomada por los organizadores del evento como algo de conveniencia. Por eso ahora intentan aceptar representaciones de los tres países defenestrados, Cuba, Nicaragua y Venezuela, pero no invitar a sus gobiernos. Los argumentos que dan son risibles si se toman en cuenta las anteriores consideraciones que dimos sobre fraudes, en la parte de arriba. Lo que deja exhibida la decisión es la postura ideológica y el odio que resuman sobre Putin como presunto aliado de los tres países. Desde esa postura ya hay un punto negro en la cumbre, evento que pretende avanzar en los problemas del continente y reforzar sobre todo la democracia. Si el presidente de México busca que la cumbre sea sede del diálogo y la fraternidad, no puede aceptar que los representantes de los tres países mencionados, sean sustituidos. Aceptar una representación es ceder a la soberbia de la imposición ¿Que democracia se puede discutir así? No podemos imaginarlo, electo por 30 millones, sentado junto a Guaidó producto de un golpe administrativo, junto a los representantes cubanos de Florida o de sus adláteres que viven en Cuba, o al lado de uno de los Chamorro o del escritor Sergio Ramírez por Nicaragua, personas que han hecho campaña permanente contra el Frente Sandinista de Liberación Nacional, haciendo el juego a Estados Unidos. Si esas condiciones se dan, AMLO no debe acudir a la cumbre y buscar el reforzamiento de la Celac.