La Constitución de 1854 y la crisis de México
CIUDAD DE MÉXICO, 17 de julio de 2020.- Argonmexico / Yo solo sé, ¿Que nada pierdo, UVM?… Impacta nuevo coronavirus a universidades privadas. La matrícula caería hasta 30 por ciento. Por ello, 10 ó 15 de cada 100 instituciones privadas de educación superior en México, cerrarían sus puertas; cuando miles de estudiantes abandonarían sus estudios el próximo ciclo escolar, a causa de la pandemia.
Dicho porcentaje de escuelas privadas no superarían la crisis y cerrarían, alerta José Antonio Llergo Victoria, secretario general de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), al advertir que la crisis tendrá un efecto negativo en las aspiraciones y posibilidades de jóvenes, para seguir estudiando en instituciones de educación superior privadas, o para iniciar su formación.
A nivel nacional, la matrícula de universidades privadas representa casi 40 por ciento de la matrícula en educación superior. La implicación en porcentaje es muy alta. Si 10, 20 ó 30 por ciento no pueden continuar sus estudios en una universidad privada, muchos buscarán la educación pública. “Un primer problema que tendríamos que enfrentar como sociedad, es que la oferta pública también es limitada por los espacios que ofrecen estas universidades”.
Según los últimos datos, un millón 655 mil jóvenes estudian en instituciones y universidades privadas. La Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES), agrupa a 111 instituciones de educación superior, con una matrícula de casi 750 mil alumnos. El resto se distribuye entre otras dos mil 710 instituciones.
“Somos un sector muy heterogéneo en México (las universidades privadas), hay un sinnúmero de posibilidades y una gran oferta educativa. Esto permite a los jóvenes y a sus padres tomar diferentes decisiones, de acuerdo a sus posibilidades y, aspiracionalmente, a sus gustos y preferencias”, refiere el funcionario de la UPAEP.
En este marco, resulta indudable que la pandemia tiene un efecto en las aspiraciones y posibilidades de los estudiantes, en algunos casos; pues “se han tomado decisiones en familia respecto a la continuidad o no en este periodo escolar, que viene sobre sus estudios”.
Un ejemplo, la Universidad La Salle, con una matrícula de 12 mil estudiantes, prevé que para el próximo ciclo escolar cinco ó 10 de cada 100 de sus alumnos, aún con los apoyos ofrecidos por la institución, tendrían dificultades para pagar sus colegiaturas. A pesar de que la institución no aumentará sus cuotas para el siguiente ciclo escolar.
“Es una situación inédita. Nunca habíamos vivido esto en esta dimensión. Prevemos una disminución en nuestros alumnos de nuevo ingreso, pero también pensamos que podemos captar a una parte de esos estudiantes que no podrían tener acceso a universidades que son de igual prestigio como nosotros.
En este contexto, Alma Maldonado, especialista en educación superior, planteó que, si bien es posible esperar que algunos estudiantes migren de unas instituciones más o menos consolidadas, a unas más baratas o a la universidad pública; la otra posibilidad es que deserten o interrumpan sus estudios, “lo cual también es un panorama terrible”.
Ante este panorama, dos fenómenos cruzan el tema social: por un lado, los estudiantes que no puedan seguir inscritos en este nivel. Por otro, los que no quieran pagar lo suficiente; también puede ser un fenómeno que va a existir, sobre todo porque a partir de ahora, las clases van a ser en línea por un tiempo, “no se sabe cuánto”.
Con todo, habría que plantear algunos programas o alianzas para los estudiantes en riesgo de abandonar sus estudios universitarios, o de ni siquiera poder iniciarlos como consecuencia de la pandemia.
Actualmente, se desconoce cuántos no regresarán al siguiente ciclo: los estudiantes que no puedan pagar, o decidan tomarse un año. Entonces, cuando se interrumpe la trayectoria escolar, siempre existe ese riesgo de interrumpirla y no volver.
En tanto, la Universidad del Valle de México (UVM), nada hace por mantener o recuperar a quienes integran su matrícula y su comunidad académica. Y nada, es nada. Menos aún, cuando parece que se han dedicado a despedir a su personal docente y de servicio. Sólo quien carga el cajón, sabe lo que pesa la Covid-19.
Quien reparte y comparte, ¿Le toca la mayor parte?… Convergen acciones países de América para garantizar sistemas alimentarios, comercio y seguridad alimentaria. Fue el secretario de Agricultura, Víctor Villalobos Arámbula, quien presidió la Segunda Reunión Hemisférica de Ministros y Secretarios de Agricultura (virtual), orientada a compartir políticas, acciones y planes para enfrentar el impacto de la pandemia del Covid-19.
Representantes de las 34 naciones de América y de 13 organismos internacionales coincidieron en que, en el contexto de la pandemia de la Covid-19, los sistemas alimentarios están cambiando en todo el mundo y, al no haber evidencias científicas de contagio por los alimentos, es momento de fortalecer la dinámica productiva y comercial a nivel global.
Con la coordinación del Fondo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), y las naciones del hemisferio, el titular de la Sader subrayó la importancia de fortalecer diálogo y consulta hemisférica, en atención a la contingencia sanitaria y las medidas que se deben prever para la postpandemia.
En el encuentro virtual, sostuvo que trabajo conjunto y cooperación son fundamentales para mantener comunicación e intercambio de información, favorecer el comercio internacional de alimentos y materias primas agrícolas, sanidad agropecuaria e inocuidad de alimentos, continuidad de cadenas agropecuarias en mercados nacionales, y el apoyo de políticas a productores agrícolas pequeños y medianos.
Es contar con los elementos necesarios para reactivar a los países en el período de postpandemia, la atención del comercio agrícola internacional, sanidad agropecuaria e inocuidad de alimentos, abastecimiento interno y seguridad alimentaria, en el corto, mediano y largo plazos.
Del Tratado de Libre Comercio México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), previno que representará para la región un mecanismo de oportunidades comerciales, al ampliar la inversión hacia una agricultura más productiva y sustentable, y se contribuirá a garantizar la seguridad alimentaria.
Se crearán empleos en el medio rural, se desarrollarán capacidades productores-trabajadores, y se fortalecerán las cadenas de producción, como nueva etapa para los sectores agropecuario y pesquero de la región, y oportunidad de trabajar en conjunto para integrar el mercado en forma complementaria. No todo está perdido. ¡Ni la suerte!…