Economía en sentido contrario: Banamex
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de septiembre de 2020.- En un mensaje funesto para la prensa en México, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, llamó “pasquín inmundo” al diario Reforma y se quejó porque el citado medio colocó en ocho columnas la nota de un presunto desvío de 200 millones de pesos por parte de su cuñada en la alcaldía de Macuspana, Tabasco.
La expresión se dio justo un día después de haberse conocido la noticia del hallazgo de un periodista decapitado, en Veracruz, cuyo cuerpo fue encontrado cerca de unas vías de tren. Esta información sólo mereció un comentario al margen del mandatario, pese a que, durante su gobierno, han ocurrido 18 asesinatos de informadores, en su mayoría, de medios digitales.
Sin embargo, López Obrador desparramó su furia sobre el diario Reforma, y señaló al dueño como representante de los intereses de Carlos Salinas de Gortari. Esta es la expresión más furibunda que se le ha escuchado al Ejecutivo Federal; incluso, más airada que cuando dijo ser el presidente más atacado en toda la historia de México.
Desde antes de ese ataque visceral contra Reforma, López Obrador ya se encontraba furioso, porque las “benditas redes sociales” se le han volteado, principalmente en Twitter, y por eso pide a los altos directivos de esa empresa, que informen quién paga los presuntos “bots” que día y noche lo tunden a punta de memes hirientes.
La irritación del presidente es notoria, y se ha transformado en intolerancia a la luz de los ataques contra las revistas Nexos y Letras Libres, a cuyos directores Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze, llamó también beneficiarios del Salinismo, basado solamente en los contratos publicitarios de ambas publicaciones.
Así, fuera de toda empatía, irritado por una pandemia que dijo haber “domado” desde el 28 de mayo pasado, el fundador de Morena, arremetió también contra las mujeres que tomaron las instalaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, y acusó a políticos adinerados de Chihuahua, de propiciar el ambiente de tensión que se vive en esa entidad.
Detrás de uno y otro caso, según dijo, hay “intereses políticos”; como si no fuera eso lo que impulsó su movimiento durante 18 años hasta alcanzar la presidencia de la República, aliado con lo más inmundo de la política; no sólo del PRI, PAN y PRD, sino incluso del PT, Partido Verde, Nueva Alianza y Partido Encuentro Social.
López Obrador no expresó pésame alguno para las familias de las dos personas asesinadas luego del desalojo de la Presa La Boquilla. Simplemente prometió al paso, como si se tratase de un asunto menor, que se investigaría entre los miembros de la Guardia Nacional. Pero no pasó por alto afirmar que grupos de interés “armaron con palos” a los agricultores. La respuesta fueron balas mortales.
La misma actitud mostró con las madres de mujeres violadas y desaparecidas que tomaron la CNDH. Al mandatario le preocupó más el cuadro de Madero. Hoy las feministas amenazan con quedarse ahí “para siempre” porque las instalaciones, dicen, son del pueblo, en clara ironía al nombre que López Obrador quiere imponer a la CNDH: “Defensoría del Pueblo”.
“Yo creo que quien conoce la historia de este luchador social sabe que debemos de guardarle respeto”, fue lo único que atinó a decir en una de sus mañaneras al día siguiente de la violenta toma del recinto, luego de que su titular, Rosario Piedra abandonó la plaza y dejó el tiradero que ya va para dos semanas sin solución.
El amor por el “pueblo bueno” se acabó. Hoy, bajo la misma tesis de que “los conservadores y neoliberales” están detrás de cuanta crítica se levanta contra él, también está por implementar una política de gasto en la que nada es tan importante como sus proyectos estelares, a los que sí dedicará un aumento presupuestal del 103 por ciento. Para los demás, sólo quedan las migajas.
Despotismo, la respuesta ante la crítica
El despotismo ha sido la respuesta del Presidente y sus principales colaboradores ante la crítica. Así respondió también Hugo López Gatell, quien se ha convertido en el muchacho consentido de López Obrador, pese a que él sólo se ha enredado con sus propias declaraciones, que hoy lo tienen al borde de la negligencia criminal.
Ante la sugerencia de seis ex secretarios de Salud para “cambiar, corregir y adoptar otra estrategia» para enfrentar la pandemia, Gatell les respondió burlón “… hablando de fórmulas mágicas, voy a ver si estos ilustrados exsecretarios lo tienen… saliendo de aquí voy a salir a buscar el documento, porque si en seis semanas se logra eliminar la epidemia, quiere decir que hay una fórmula que el mundo entero no ha considerado”.
El romance se está muriendo. Esta semana viviremos la triste agonía de unas fiestas patrias que se desarrollarán en una plaza vacía, con el fantasma de más de 71 mil muertos flotando en el ambiente, con un pueblo desesperado, que retará a la muerte porque ya no le queda de otra. Mientras, las fuerzas armadas mostrarán el músculo, en un desfile inicuo, presagio de nuevos tiempos.